Pañol de la historia 
Instructivo virtual de CYBER-CORREDERA para fortalecer la cultura naval 

Producción de Jorge Serpa Erazo
Vicepresidente del Consejo de Historia Naval  

EL ORIGEN DE LA ORACIÓN DEL MARINO

Capitán de Navío ( R ) Ricardo García Bernal, del Consejo de Historia Naval


A principios del siglo XX, las relaciones entre el Estado Italiano y la Iglesia Católica estaban en un punto especialmente crítico, llegando a extremos violentos. Como parte de la persecución desatada contra la Iglesia,  el gobierno había prohibido toda manifestación religiosa en las ceremonias oficiales, y las dependencias del Gobierno, incluidas las unidades  de la Marina de Guerra.
 
El capitán de fragata Gregorio Ronca,  segundo comandante del crucero acorazado “Giuseppe Garibaldi”, quien era un hombre profundamente católico, interpretando la necesidad que tenía  su tripulación de un respaldo a su fe, encontró prudente  tener una oración que se pudiese utilizar sin contravenir las órdenes del Gobierno.
 
No teniendo contacto directo con la jerarquía católica, el capitán Ronca se valió de su amistad con la marquesa Eleonora Pallavicini, quien comunicó esta inquietud al obispo de Cremona, Monseñor Geremia Bonomelli. El obispo, a quien la iniciativa del capitán Ronca le llamó la atención, a su vez tomó contacto con don Antonio Fogazzaro, prolífico y notable escritor, y le encargó escribir una plegaria, que conteniendo un profundo sentido religioso, no contuviera una alusión directa a ninguna religión en concreto, ni hiriera susceptibilidades en el Gobierno.
 
El 18 de enero de 1902, don Antonio Fogazzaro entregó al capitán Ronca el texto de la plegaria, solicitada: (ésta versión que conocemos los marinos colombianos difiere ligeramente del original italiano)
 
A ti, ¡Oh grande y eterno Dios!,
Señor del cielo y del abismo,
A quien obedecen los vientos y las olas
Nosotros, hombre de mar y de guerra,
Marinos de Colombia
Desde nuestra bases y santa naves,
armadas para la patria
elevamos nuestros corazones.
 
Salva y exalta en tu fe,
 ¡ Oh gran ¡ Dios a nuestra nación,
Da justa gloria y poderío a nuestra bandera,
Pon sobre el enemigo al terror a ella
Y haz que siempre  la ciñan como defensa
Pechos de hierro, más fuertes que el acero
Que acoraza nuestros naves y nuestras armas
Y dale por siempre la victoria.
 
Bendice ¡ Oh señor! Nuestros hogares lejanos, nuestros seres queridos
Bendice al caer la noche, el reposo de  nuestro pueblo,
Y bendícenos a nosotros, que por asegurarlo, velamos en armas sobre el mar
¡ Bendícenos, señor ¡ 
 
La plegaria, que el señor Fogazzaro había titulado “Plegaria Vespertina para la Real Marina de Guerra”, se dio a conocer oficialmente el 23 de febrero, en una ceremonia en la que  un grupo de damas genovesas hizo entrega al buque, de una bandera, con su texto bordado en ella. Fue un hecho histórico el que un obispo católico, precisamente Monseñor Bonomelli, presidiera una ceremonia a bordo de una nave de la marina de guerra de la Italia de entonces.
 
La plegaria, cuyo nombre oficial era el de “Plegaria del Marino Italiano”, se hizo conocer en la Flota del Mediterráneo como la oración “del Garibaldi” pero por su profundo significado religioso, pronto se popularizó en otros buques de la Marina Italiana, y posteriormente en otras marinas del mundo. El capitán de navío Agnelli, comandante del “Garibaldi”, obtuvo autorización para rezar la oración  en el  buque durante la navegación a la hora de arriar el pabellón, y después de las misas.
 
El crucero acorazado “Garibaldi”,  (clasificación oficial del buque), escenario de éste singular episodio, posteriormente fue hundido por un submarino austriaco durante la I Guerra Mundial (julio 18 de 1915) en el área del puerto de Gravosa, cuando zarpaba en cumplimiento de una misión de guerra.
 
En Colombia, el presbítero Francisco Antonio Soto Montoya, en ese entonces capellán de la Base Naval de Barranquilla y el capitán de corbeta Germán Gómez Ramos, hacia 1964 tradujeron y modificaron ligeramente la plegaria para adaptarla a nuestra Armada, en la cual desde entonces, por medio de esta hermosa oración se invoca a nuestro grande y eterno Dios, y se conoce sencillamente como la “Oración (o plegaria) del Marino”.
 
Referencias:
Artículo de Alejandro Schembri Carrasquilla, publicado en el diario “El Siglo”, de Bogotá, de noviembre 6 de 1986, y reproducido en la revista “Armada”.
Documento de la Capellanía General de la Armada de Colombia.
Página de la Armada Italiana en la Internet.
Información verbal del teniente de navío ( R ) Fabio Gordillo Campo, egresado de la Escuela Naval de Livorno, al igual que el capitán de corbeta ( R ) Germán Gómez Ramos.

A los marinos de Colombia se dedican estos trabajos de investigación.  Los PAÑOLES DE LA HISTORIA, son un  homenaje al pasado que como el mar, es infinito e inescrutable, pretendiendo rememorar la historia, convirtiendo la pluma en espada, los argumentos en un cañón y la verdad en un acorazado.

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