La corredera del 38 
 
Unidos por el mar y exhaustos por el último poste
SUPLEMENTO
de la Nº 22
Marzo 8 de 2002
Informativo virtual
para toda la familia naval colombiana 
 
GENIALIDADES DE UN CONVALECIENTE IMPACIENTE...
Jorge Alberto Páez CN 37-042
 
Luego de largos y penosos días, Sigifredo Velandia, como buen “boyaco” hijo de las tierras de Monicuaira (Moniquirá en “chibchacún”), nos demostró tenía su “cuero duro” pues pudo superar la maluquera que sufrió su aorta... Hoy todos sus compañeros y amigos nos sentimos felices y acompañando a Vilma, hijos y hermanos, damos gracias a Dios por haber escuchado nuestras plegarias y permitido su milagrosa recuperación...
 
A pesar de que diariamente asistíamos con “mi contramaestre” al Hospital, no quise verlo, pues para mis adentros pensaba era mejor hacerlo cuando ya estuviera repuestico y le hubieran quitado tanto tripaje con el que lo tenían conectado.
 
Sin embargo hubo acontecimientos sucedidos durante o después de la inconciencia de Sigi que hoy quiero comentar en forma anecdótica, sin pretender ofender a nadie, pues tan solo  deseo es, que cada quien, saque conclusiones y con buen humor, le encuentre la parte cómica al asunto.
 
Empiezo con Fernando Lersundy, quien como cuando era cadete, en varias ocasiones llegó “joche” al Hospital y ya habían pasado las horas de visita. Nuestro personaje nunca se dio por vencido, pasó por los diferentes controles de seguridad (puerta principal, escaleras y Cuidados Intensivos) y llegó hasta la misma cama del enfermo, usando la original historia de que “había olvidado el celular”. Buena perrada Fernandito.
 
    
 
              SIGIFREDO EN RECUPERACION
 
En una de sus visitas nocturnas y extemporáneas, ya Vilma se había ausentado a descansar luego de varias horas tranquilizando a Sigifredo, nuestro vivo visitante había ya superado  los “retenes” y con su suave y melodiosa voz le habló al enfermo... Éste reaccionó tirando patadas, dando gruñidos y tratando de soltarse de las correas y quitarse las sondas... El  susto de Fernandito fue enorme, salió corriendo y parece que en su afán, de verdad, verdad, se le quedó el celular... Tenemos que preguntarle a Sigifredo, qué lo asustó, qué  se imaginó, qué  vio o qué le dijo Lersundy para sacarle ese piedrononón...
 
Un tarde, en la sala de espera del segundo piso, los visitantes de otros pacientes estaban intrigados y querían saber dónde habría un show y que orquesta tocaría... Resulta que coincidió que los señores almirantes Pedro Monsalve, Sergio Oliveros y yo, estábamos con la misma pinta y en verdad parecíamos, uniformados con nuestros elegantes “blazer”,  músicos de orquesta de pueblo...
 
Además había “clonación” pues en los “esticker´s” que daban para poder subir, habían dos Jorge Alberto Páez... Carmencita de Soto para agilizar la entrada del Señor Almirante Monsalve, le facilitó el papel que yo había usado el día anterior... El infante no entendía porqué la misma persona en ocasiones se veía tan diferente: una bajita y otra alta...Parecíamos Benitín y Eneas y siendo tan diferentes, nos llamábamos igual, teníamos registrado el mismo documento de identificación y vestíamos la misma pinta... ¡Cosas de la vida!...
           
                         
       Jorge Alberto Páez CN 37-042
 
Nuestro ilustre enfermo, cada día  sorprendía con su rápida recuperación y como buen “paquidermo”, aplastaba cualquier achaque que se le atravesara y a pesar de que no hablaba tenía conciencia  de todo lo que sucedía a su alrededor. El cirujano que lo operó, Doctor Clavijo, le comentó  en son de broma durante un chequeo: “Oiga Capi, lo encuentro a Usted muy bien y deseo saber cuando se recupere en un todo, que se va a fumar: ¿un Marlboro o un Lucky?. Sigifredo, que no podía hablar por lo “entubado”, levantó su mano derecha y le hizo tremenda pistola. Fue en ese momento cuando dio los mejores signos de total recuperación...
 
Llegó el anhelado día en que lo pasaron a habitación y fuimos a verlo con la Sargento Camacho. Estaba muy bien, hablando como un loro y con los proyectos mas sensacionales que se imaginen. Al vernos, nos dijo se sentía en la época del “importaculismo”, porque todos estábamos pendientes de él y eso le agradaba.
 
Cuando le comenté que la cicatriz era de alta costura, lo confirmó y dijo tenía otra en la ingle y con el mayor desparpajo, bajándose la pijama me enseñó no solo ésa, sino de paso la de la circuncisión que se le alcanzaba a ver. La sargento Camacho, tímidamente, con gran recato  y algo sonrojada, miró para otro lugar... Espero “Sigi” no haya perdido el Good-will con aquellas a quienes les ha enseñado las cicatrices...
 
Me comentó durante “su viaje” se había visto con la señora Conchita y fue ella quien le ayudó a retornar... Durante esos tiempos la había pasado muy agradable y había estado navegando en un submarino nuclear, del que era comandante, por lo que había tomado la decisión de escribir un libro que por su contenido, iba a ser un “best-seller” mundial...
 
Comprendí que debía escucharlo y tratar de formar parte de su extraordinario “proyecto”. El Libro estará dedicado a la memoria de Augusto Matallana, con quien había navegado en el submarino. El Prólogo se lo hará Mauricio Soto, quien también forma parte de su “staff”, ya que tuvo la oportunidad de escoger los tripulantes y todos son de “raca mandaca”.
 
La Obra tendrá el tamaño similar al de un Directorio Telefónico de Bogotá, pero con papel y policromías 1A, las cuales estarán acordes con la importancia del contenido y con la calidad de la casa editora que deberá ser una “verraquera”. Contará con el novedoso sistema de tener música incorporada de Beethoven, Strauss, Chopin, uno que otro vallenato y música de los Carrangueros de Ráquira...
 
El Libro original, será editado en inglés y contratará traductor para “la versión en español”. De acuerdo al éxito que obtenga, lo editará en otros idiomas como el francés y el ruso, pues debe llenar las expectativas profesionales mundiales. La primera edición costará $60 millones de pesos los cuales ya tiene financiados, pues los que aparezcan en la Obra como tripulantes del submarino nuclear, deberán comprarle dos libro que valen $60.000. Mauricio Soto ya le prometió hacerlo y pronto le pondrá el tema que debe desarrollar y exponer libre e independientemente, como todos los que participen.
 
Será una obra científica y de investigación profunda. Los elegidos para la elaboración, tienen que dedicarse de fondo a la investigación y todos le trabajarán incondicionalmente. Me manifestó, “él no va a ser tan marica de sacarse la leche siendo el comandante y teniendo tantas pepas a su servicio”. Como no sabe nada de los submarinos nucleares ni de la navegación bajo el casquete polar, deberán prepararse muy bien y enseñarle a Sigifredo hasta dejarlo ducho en la materia.
 
El libro tendrá tres capítulos básicos cuyos contenidos serán:
 
Capítulo I. “Ridículum” de los participantes en la Obra. (Todos Tripulantes): Contendrá los Qurriqulum de más o menos trescientas personas, con especialidades en el exterior sobre temas atómicos, guerra de las galaxias y que sean aptos para tripular submarinos nucleares. Él mismo escogerá los mejores hombres, acorde a las Hojas de Vida, quienes lo acompañarán en la travesía.
 
Capítulo II.   Trama de la Obra: Durante la travesía del submarino nuclear bajo el casquete polar, el comandante sufre una “chiripiorca” como la que padeció nuestro inquieto Sigifredo. Como tienen que cumplir una Misión Nuclear Secreta que solo él conoce, no lo pueden dejar morir... La tripulación pide apoyo usando “códigos jodidísimos” y logran les manden los equipos médicos necesarios, similares a los que le pusieron en cuidados intensivos del Hospital Militar, y los especialistas para operar no solo los aparatos, sino a él.
                       
Usando tecnología avanzada y venciendo toda clase de dificultades por estar en un lugar incierto debajo del Polo Norte, los galenos especialistas logran al estilo de Julio Verne, llegar al submarino y salvar al comandante quien posteriormente continúa exitosamente la “operación nuclear” que salva al mundo... “Por eso es que cualquier marica (me dijo), no puede pertenecer a mi tripulación”.
 
Capítulo III.     Conclusiones:
Son las derivadas del desarrollo de la Misión Nuclear que ya deja de ser secreta y es de dominio mundial.
 
Me insinuó la posibilidad de poder pertenecer a la selecta tripulación de la primera edición y yo, me sentí muy honrado... Prometí comprar los dos ejemplares y asesorarlo para que en lo posible editara la Obra, la misma tipografía que tiró mi “Bitácora de Ensueños” quienes de seguro le darían un precio especial. Sigifredo no quedó muy convencido. Yo quedé preocupado pues no me asignó investigación sobre tema nuclear alguno...Pensé: “Ojalá no se arrepienta y me saque como pepa de guama”.
 
En ese momento entró Vilma a la habitación y a “nuestro comandante” le dio un ataque de tos, por lo que ella, alcanzándole la escupidera,  ordenó se pusiera el oxígeno y que no hablara tanta “chicuca”. No midió lo “genial de lo expuesto por su convaleciente esposo”...
 
Una vez se retiró la “media costilla” a atender otros visitantes, continuó haciéndome confidencias que en un principio me preocuparon, pero como ya le habían sucedido y las había librado bien, no me preocuparon tanto.
 
En su enorme fantasía, esta vez “algo distorsionada”, me comentó se había aburrido en la Unidad Coronaria porque el día anterior una “enfermera caníbal” lo quería joder y lo había atendido muy mal, pues cuando necesitó hacer popó, le dijo que no había pato, pero que tranquilamente se hiciera en la pijama que ella después lo bañaba y lo cambiaba.
 
Eso sucedió a las 9 pm y a las 3 de la mañana la bendita enfermera no lo había bañado ni mucho menos cambiado la pijama ni la cama... Ella sufría de “telefonitis aguda” como George Quintero y desde las 11 pm no hizo sino hablar con un novio de apellido Muñoz (qué coincidencia). Solicitó al Médico Interno de turno para que le ayudara, pues temía por el “olor nauseabundo” que había en todo el cuarto, “se le llegara a infectar las heridas”.
 
El Interno escuchó sus quejas y le aseguró ya había tomado las medidas correctivas, las cuales no le quiso comentar, por lo que nuestro ilustre “paquidermo” entró en desconfianza con la enfermera, pues estaba seguro era una espía del enemigo que se había infiltrado y venía a impedirle su recuperación.
 
“Juiciosamente” no recibió la droga medicada, ni dejó tocar las bolsas de suero, pues era muy probable que la enfermera al sentirse descubierta, intentara inyectarles formol para provocarle una resequedad en las arterias, que le podría producir envenenamiento o un infarto (¿?).
 
Solo a las 6 am, luego del cambio de turno, continuó el tratamiento. Solicitó lo cambiaran a habitación pues “se sentía muy cuerdo” y le molestaba mucho que en Cuidados Intensivo no hubiera “cagandoco”, por lo que tenía que usar pato, el cual normal y peligrosamente le dejaban “lleno” encima de la cama.
 
Entre divertido y triste por tener que marcharme y pensando en la economía familiar para no pasarme de la tercera hora de parqueadero, estaba impresionadísimo con la brillantez de nuestro enfermo la cual había mantenido oculta (¿a propósito?) por más de 56 años.
 
Ya me había despedido e iba a salir cuando Sigifredo me llamó y en tono sosegado me dijo: “Necesito me busque la Biografía y toda la documentación posible relacionada con el Beso Ruso entre hombres, pues una vez tenga esa información, haré una resolución bien fundamentada, autorizando que entre los compañeros del Contingente 38, nos podamos saludar y despedir de beso”... (¿?)
 
Algo nervioso respondí que la iba a buscar y que le debía el beso de despedida, pues había que esperar a que fuera legal... (¡Fiu!). No se si por efectos del oxígeno que estaba respirando, su mirada era brillante y como que picaba un ojo... Salí sin aparentar afán y procurando dar la espalda a las paredes, corrí a los ascensores pensando que las genialidades del convaleciente impaciente, me habían dejado “anonadado”...
 
Gracias a los excelentes servicios del Hospital, al oportuno diagnóstico, a la experiencia y eficiencia de los cirujanos, a los servicios y cuidados en los controles por parte de los médicos y paramédicos y a su consistencia física, nuestro “conti” “Seguismundo Vandelandia Roché”, ganó no solo la batalla sino el merecido título de una película americana “Duro de Matar”.
 
Supe que posteriormente  solicitó cosas extrañas, como querer a la 1 de la madrugada ir con Vilma a comprar El Tiempo. Una hora después encaminándose decididamente hacia los ascensores, dijo iba a la casa a cambiarse porque estaban invitados a un desayuno. Condescendiente, Vilma le manifestó no tenía el carro, a lo cual Sigifredo no le vio problema pues podían irse en taxi, ya que debía ir a la casa a bañarse y cambiarse de ropa, porque a las 6 am tenía una consulta médica en el Hospital Militar... Ella le propuso que aprovechando que estaban en el Hospital, esperaran la hora de la consulta. Nuestro genial enfermo, viendo lo lógico de la propuesta decidió quedarse.
 
En la presente semana Jorge Serpa,  quien también fue intervenido del mismo órgano vital, tan pronto pudo en su convalecencia, fue a visitar a Sigifredo para intercambiar experiencias. Quedó impresionado de lo bien que se encontraron mutuamente, y cómo ambos dominan los términos médicos de sus intervenciones, Serpa ya tiene todo “debidamente plastificado”, lo porta como material de enseñanza y lo usa como ayudas a la instrucción.
 
Nuestro insigne “Carga Ladrillos” anda preocupado porque le prohibieron comer “de todo”, mientras a Sigifredo aparte del cigarrillo, “no le restringieron nada”. Serpa tiene la duda si un zapote que les brindó Vilma a él y a Sigifredo, fue el causante de las dos “chiripiorcas” pues a ambos les sentó muy mal... Puede ser que tuviera alguna “pócima o veneno” que debió compartir por mitad “sin tener velas en ese entierro”. La única que lo sabe es Vilma... quien debe aclararlo o callarlo para siempre.
 
Sigifredo dice que cuando viene un médico siente la pisada y piensa que es su “partner” del ajedrez, Jimeno Manrique, con quien jugó la última partida el día de la “chiripiorca” (parece que el “negro”, jugando con las “blancas” le dio “jaque mate”...) y cuando es una enfermera, piensa que es Lucía (¿?).
 
Ya parece mañana viernes 1º. de marzo regresará a la casa... Todos le damos la bienvenida luego de casi tres semanas desde que lo intervinieron, según el dictamen médico, en una operación de “arresto circulatorio”, la cual equivale en mi agropecuario entender, a estar “detenido en la guandoca”.
 
Sigifredo: es bueno significar que inicias una vida nueva, en un mes nuevo, con una aorta nueva... aprovecha la nueva oportunidad que te da la vida y disfrútala intensamente con tus seres queridos... Espero te sigas “normalizando” y pretendí con este relato, rendir un homenaje a tu fantástica recuperación.
 
Ya para terminar me hago estas reflexiones: ¿Es verdad que los sueños, sueños son?. ¿Es fantástico el proyecto de Sigifredo?. ¿Tiene “hiperoxigenado” el cerebro?. ¿Nos está “mamando gallo”?. ¿Está “chifloreto”?.
 
Y finalmente... ¿qué tal que nos edite el Libro?
  
Jorge Alberto Páez Escobar CN 37- 042

Mascarones de Proa
para
 Yesid Sarmiento, Jorge Serpa y 
Carlos Oramas 


 
EL ZAPOTE DE VILMA
 
 
Jorge Serpa E. CN 38-082
 
 
Todo ocurrió el primer lunes de febrero de 2002, cuando, en horas de la mañana, recibí una llamada de Fernando Lersundy, compañero del glorioso contingente 38, dilecto y caro amigo, para invitarme al lanzamiento de un sello postal o estampilla (en la recien inaugurada biblioteca Virgilio Barco), con motivo de los próximos Juegos Suramericanos, que tendrán como sede a la ciudad de Bogotá.
 
Asistí puntualmente a tan obligante invitación y en el interior de la biblioteca tuve la grata sorpresa de encontrarme con la delgada y desnutrida "silueta" de Sigifredo Velandia, otro conti del 38. Luego de observar con envidia, de la buena, la valiosa  e importante colección filatélica que posee y que orondo y sacando pecho exhibía Lersundy, nos tocó esperar la llegada del alcalde Mockus y de la ministra de Comunicaciones.
 
En medio de los discursos, algarabía y desorden de los dirigentes deportivos, periodistas y funcionarios que allí se dieron cita, para librarme de semejante despelote, decidí invitar a Velandia a un almuerzo, con todas las de la ley. Como en un duelo, acordamos lugar y armas que, para el caso, cambiamos por la vianda preferida de Sigifredo: el pescado. Así las cosas, nos dirigimos al restaurante Darius de la zona industrial, que a esa hora acusaba algo de congestión, pero fuimos atendidos con premura y esmero. La ocasión obligaba a consumir de aperitivo unos whiskys que apuramos con unas crujientes yucas y tostados patacones, especialidad de la casa, mientras preparaban dos gigantescos pescados que habíamos seleccionado a nuestra llegada.
 
               
       Jorge Serpa Erazo CN 38-082
 
Nuestro apetito fue mayor que nuestra capacidad gastronómica. Al final del almuerzo, más de la mitad de los suculentos pescados estaban sin probar, lo cual nos obligó a solicitar, al igual que cualquier comensal de Boyacá, como lo es el propio Sigifredo, una cajita para empacar lo no consumido.
 
Terminado el convite, con Sigifredo fuimos a San Andresito para instalar un CD player en el vehículo de mi hijo Jorge Andrés, que requería de una pieza especial y solo allí se podía conseguir. No se piense que era para evadir el  IVA o  comprar contrabando, por cuanto exigí la factura,  solicité ver el manifiesto y constaté que fue traído   CIF. 
 
Al término de la tarde y cuando había pasado el "pico y placa" me dirigí a la casa de Sigifredo, para dejarlo en los brazos de Vilma, bueno y sano, no sin antes haberme encomendado a todos los santos de mi devoción, para que aplacara la ira santa de la esposa de mi compañero, pues a Velandia, en medio de todo, se le había olvidado ir a recoger a María Paula al colegio.  
 
Cuando llegamos a la residencia de los Velandia, saqué mi pañuelo blanco y lo agité por lo alto en señal de paz. Vilma abrió la puerta con una sonrisa, de aquellas donde se demuestra que no hay  perdón y mucho menos olvido. Desde luego que en medio de aquel rictus de frialdad que adornaba con su característica amabilidad, había algo en su hermoso y distinguido rostro, que me permitía inferir  que algo tenía entre manos.   
 
                
       Sigifredo Velandia CN 38-053
 
Acto seguido, nos invitó a pasar al comedor familiar donde nos ofreció algunas de las viandas exquisitas, que ella a diario prepara, para su flacuchento esposo. Como aún no habíamos digerido la gran porción de pescado que habíamos consumido en el almuerzo, agradecimos la inusual insistencia y asidua persistencia para que comiéramos o "picáramos" algo. De pronto nos ofreció aquella exótica fruta que en la costa se usa para preparar un sorbete llamado "zapote costeño", que había traído en su reciente regreso de Cartagena. Ante la frugal insistencia de Vilma, tanto Sigifredo como quien relata estos pormenores, accedimos a consumir, cada uno,  medio "zapote costeño". Al estilo del Rey Salomón, el "zapote costeño" fue dividido en dos mitades exactas, servido y consumido.
 
Luego de aquella inocente consumición y de agradecer la atención de la dueña de casa, partí para mi casucha, rancho u hogar, donde me esperaba mi esposa, también con una sonrisa socarrona pero con cara de cómplice. Allí, después de tan agitado día me horizontalicé en mi cama y traté de pegar los ojos hasta el otro día. Sinembargo, en la medida que las horas avanzaban, el "zapote costeño" no bajaba de mi gaznate, donde estaba atragantado y se resistía llegar al estómago. Creyendo que se trataba de una indigestión acudí a las bondades de la "sal de frutas Lúa" y a la miga de pan, utilizada cuando se presenta acidez aguda. Para no alargar este relato, durante la noche no cerré los ojos y me debatí entre la indigestión y un profundo dolor en el maxilar superior, el pecho y los brazos. Síntomas de algo raro, inexplicable y extraño.
 
A la mañana siguiente llamé a Sigifredo para averiguar sobre su odisea nocturna. Imaginaba que había tenido el mismo malestar atribuible al "zapote costeño" que Vilma nos había suministrado. Pero su respuesta fue desconcertante; había pasado buena noche, había soñado, según me lo relató con ángeles, arcángeles y querubines. Eso me tranquilizó, entonces le atribuí mi malestar a un tinto que consumí en Sanandresito; al jugo de naranja que apuré en el desayuno y a unos pandeyucas que compré, el día anterior en la carretera central del norte, cuando iba al Club Hato Grande a  jugar golf.    
 
Para resumir, los malestares que, desde ese día, empecé a sentir persistieron, con una fatiga que se fue haciendo insoportable. Esto me obligó a acudir al médico  quien me ordenó de inmediato varios exámenes, entre ellos, un electro-cardiograma y una prueba de esfuerzo en la Clínica del Country. Acto seguido me contactó con un afamado cardiólogo, quien, de acuerdo a los síntomas, me instó a concurrir a su consultorio, tan pronto tuviera el resultado de las pruebas clínicas.   
 
Al día siguiente, cuando me disponía a salir en ayunas para los mencionados exámenes, recibí una llamada de nuestro "Tambor Mayor" (y vate aún mayor)  Jorge Alberto Páez, quien me informó que Sigifredo Velandia había sido operado del corazón en las horas de la madrugada. No podía salir de mi asombro. Sigifredo, en extremo flacuchento; pues su dieta rígida, de pocas calorías, lo mantiene por debajo  de su peso. Además, es un  hombre tranquilo como un egipcio atravesando el Sahara y paciente como Job. Solo el cigarrillo y el stress, podían ser los culpables de su lamentable problema cardiaco. 
 
Por la tarde, después de reclamar los resultados de mis exámenes clínicos me dirigí donde el cardiólogo, quien, al analizarlos cuidadosamente, de manera franca, me informó sobre la dolencia coronaria que padecía y su gravedad. Se debería actuar rápido y sin demora, pues las afecciones del corazón no dan tiempo ni espera. Así las cosas me programó para practicarme una agioplastia coronaria,  tres días después, en la Fundación Cardio-Infantil.  
 
En esa consulta, al responder la pregunta del cardiólogo sobre el origen de los síntomas que padecía, le relaté la historia desde el momento en que Vilma Muñoz de Velandia me dio a comer  medio  "zapote costeño". Pero, le conté que quien se había comido la otra mitad, el esposo de la oferente, fue operado el día anterior del corazón y en ese instante se debatía entre la vida y la muerte. 
 
Luego con espanto observé la manera de cómo el cardiólogo, con un gesto de horror, se llevó las manos a la cabeza, expresando la siguiente frase:
-Jorge porqué te comiste esa mitad, si el zapote completo era para su marido !!!   
 
 



Las Palabras
Por Carlos Umaña CN 38-024
 
Ten cuidado con las palabras. Pueden ir derecho a la duda, al dolor, a la confusión. Las palabras nos hacen caer en abismos que no quisiéramos.Nos llevan a la exageración, pueden poner sombras en la vida de otros y en la nuestra. Las palabras pueden ser cuchillo,hielo,coraza, potro desbocado o sonido profundo de ironía.
Las palabras pueden ser juicios temerarios, sospechas infundadas, resquicios de duda...
Ten cuidado. Algunos fallan al interpretarlas. Son veloces las palabras, y nadie corre lo suficiente para, después de dichas poder atraparlas. Vuelan con alitas que se escapan, y corren como peces asustados. Nada las devuelve. Nada las aprisiona todas, cuando queremos recogerlas. Nunca, después de echarlas a volar, podremos asirlas ni controlarlas...
Se nos van con más facilidad que las mariposas, con más filo que el viento, y a veces con más colores que el arco iris.Y cuando las soltamos no vuelven. Cuando les abrimos la jaula del resentimiento o del rencor, parecen fieras desbocadas. Y no regresan.

Ten cuidado con las palabras. Mira que el tiempo es corto para decirlas, pero el daño es grande para enmendarlo. Y quedarán pesando sobre ti. Las pasiones se descargan en las palabras.Se sacian en ellas. Las tiran con fuerzas como piedras que salen rodando.. y empiezan a derrumbar famas, nombres, figuras.  Muchas veces nos arrepentimos, pero esos pájaros ya no vuelven a la jaula, ni esas frases retornan al corazón para encerrarlas.  No se vuelven a pasar en nuestros labios para apretarlos y dejarlos dentro.  Se dilatan, flotan, se esparcen. Caen como un fardo sobre tu conciencia.

Cuanto hubiéramos dado por haber guardado silencio! Por haber refrendado ese impulso de palabras agazapadoras dentro de nosotros, como esperando el momento de dar el zarpazo y lanzarse contra el enemigo.
La palabra es el don mas grande dado por Dios.  No la manches, no la enturbies, no la contamines.
Mira que puede quedarse fija, como una espinita en tu corazón.  Y profunda, como una sombra sobre tu
espíritu.
Puede quedarse como un puntico lastimado que siempre te espera molestando.  Como llamitas apagadas por la miseria humana, que te va dejando sin luz. Algo que se te rompe dentro, justo en tu mas sensible; en la estimación que te tenias. Algo, algo que hizo llorar el corazón de Dios.  Y temblar el tuyo para pedir perdón.

 PACIENTE GRAVE
 
 
La señora Laura Erazo de Serpa, madre de nuestro  "cargaladrillos" Jorge Serpa,  fue hospitalizada de urgencia en el Hospital Militar Central, el pasado domingo, en horas de la madrugada. Padece  deficiencia cardiaca y renal. Su estado es delicado y de pronóstico reservado. 


CORREO VIRTUAL DE LA  "LULU"


NO ESTAMOS SOLOS
Admirados compañeros de la Corredera del  38:
Qué sorpresa
más agradable encontrar en  mi correo invadido con el virus del cariño y de la amistad, grandioso!!! El señor está en todo y con seguridad, todas éstas muestras sinceras y desinteresadas llegarán a lo más profundo del corazón  de nuestros amigos en dique, JORGE y SIGIFREDO, p
ero también  a los de todos los que tengamos la suerte de palpar todos estos lindos sentimientos .
Esta sí  es una verdadera medida
para el alma.. saber que cuando uno está solo frente a las circunstancias  de la vida, realmente... no está 
 solo !!!
Gracias marinos por devolver la fe en  la verdadera amistad a todos los que en un momento dado, la habíamos dado por perdida. Cómo necesita hoy día nuestro pueblo de estas cosas hermosas. Que cosa bella leerlos y sentirlos unidos... Así cualquiera se recupera.. qué gracia!!!  Espero verlos pronto,  sanitos y felices en medio de francachela y comilona.
Un abrazo para todos
Capitán de Navío (R) Gabriel Velásquez

UNIDAD MONOLÍTICA

Enfermero Pinto:
Por medio del excelente envío del más reciente boletín de la corredera 38, me he enterado de lo sucedido con nuestro gran compañero, amigo y excelente colaborador CDNA Jorge Serpa Erazo. Es una gran alegría el saber que se encuentra bien ya de salud.
Lástima no haberlo sabido con antelación para haber estado más cerca de él. Le recuerdo que es necesario también resaltar la gran colaboración prestada al CDNA Sigifredo Velandia Rocha por parte del señor CDNA Jorge Alberto Páez Escobar y su señora, ya que no solamente el CDNA Mauricio Soto Gómez lo hizo sino varios de sus compañeros también. Eso hay que tenerlo en cuenta y resaltarlo. Somos, creo yo, una unidad monolítica y así debemos permanecer en el tiempo y la distancia.
ABRAZOS MIL, 
JORGE ENRIQUE QUINTERO RUIZ  CN 38-049
ALEGRE DESDE BILBAO
Mis Estimados amigos Sigifredo y Jorge:
Desde las tierras vascas de BILBAO, les envío mi más sincero saludo, para expresarles mi alegría al saber que gracias a Dios ya han superado este trance y se encuentran en vías de recuperación. Animo y adelante que todavía nos queda muchas singladuras. Un abrazo muy grande.
Fernando Peña Uribe  CN 38-078
EL 38 UN ACORAZADO
Sigifredo y Jorge:
Lo que pasa es que el 38 es así. Es un acorazado. A veces hace agua, pero finalmente sus tripulantes salen avante. Un abrazo y espero estar pronto en Bogotá, para comernos unos chicharroncitos.
Antonio Castañeta Buraglia

UN BZ...
Muchas Gracias a la Corredera del 38, por mantenernos informados a quienes, aun en servicio activo  fuimos subalternos del Sr. Capitán Velandia. En Cartagena se celebro una misa por su salud, y nos alegra sobremanera saber que   ya paso de largo por esta vez. Ojala se siga cuidando y podamos contar con el muchos años mas. Para él y su familia  un BZ.
CF J.Alberto Bejarano Marín CN 72-069

DE UN HIJO DEL CONTI GABRIEL VÉLEZ PERDOMO (QEPD)
Hola Enfermero Pinto::
Mamá y yo nos enteramos de la operación de  Jorge Serpa por la Corredera 38. Esperamos que esté listo para muchas horas de trote. Muchos saludos
Gabriel Andrés Vélez Quiñones

INFORMACIÓN SOBRE LA SALUD DE SIGISMUNDO
Enfermero Pinto
Atentamente le solicito me haga llegar por este medio el último boletín informativo sobre el estado de salud del compañero Sigifredo Velandia.
Urbano J CN  45-053

ALEGRÍA POR LA RECUPERACIÓN DE SERPA
Apreciado Jorge
Me alegra cantidades  que ya tu recuperación sea una realidad, ahora a cuidarte, dieta mucha dieta.
Un abrazo grande,
Alvaro Barrera Herrera (Piolín) CN 37-008

LABOR MANCOMUNADA
Amigos de la CORREDERA DEL 38, y de la Familia Naval:
Al son de la canción adjunta al último parte médico, la Familia CARRANZA GARZON expresa, en primer lugar ALTODOPODEROSO las gracias verdaderas por la decisión tomada con relación a nuestro estimado compañero SIGIFREDO: seguirá su singladura y navegará por este tormentoso mar, pero con mucha vida y fortaleza, junto a su Familia. Nos alegra sobremanera. De otra parte, a todos los tripulantes de esta poderosa nave, "LA AMISTAD", felicitaciones por su labor mancomunada y llena de sentir humano. Este nuestro País, sería mejor con esta clase de  dirigentes.
Cordial saludo,
JULIO CESAR CARRANZA A. & FAMILIA

GRACIAS
Estimados compañeros del 38.
Muchas gracias por tenerme informado del estado de
salud de nuestros queridos compañeros.
Gustavo Cano Londoño CN 84-084