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En septiembre de 1997 tuve el honor de ser participe de ese gran proyecto de la armada nacional que fue la adquisición de dos buques multipropósito de apoyo logístico, durante ese trabajo arduo, como fue la puesta a punto de las unidades para ser traídas al país, después de 30 años de servicio en la marina alemana y de haber navegado todos los mares del mundo, mi meta siempre fue comandar uno de estos buques. Lo que se cristalizo el 13 de diciembre del 2005 fondeados en la bahía de Buenaventura. Ese fue el día mas feliz de mi vida como marino.
Haber comandado la unidad de mayor tonelaje de la Armada Nacional en un momento histórico tan convulsionado y difícil del país, fue sin lugar a dudas el mayor reto que me ha sido encomendado en mis 24 anos de vida naval
Durante este tiempo efectuamos todas las maniobras que se pueden ejecutar en el mar, transportamos aviones, llevamos ayuda humanitaria, rescatamos náufragos, golpeamos el narcotráfico, ayudamos a la preservación de los recursos naturales renovables y no renovables, participamos en ejercicios estratégicos de la nación, efectuamos el ejercicio del control de mar, hicimos presencia naval, acción integral, transporte de tropa y ahora ultimo nos convertimos en buque escuela. Así mismo y pienso no menos importante, reparamos los equipos de la maniobra de traspaso de la unidad, para con esto recuperar para la Armada Nacional, la capacidad estratégica de poder extender el tiempo de permanencia en el mar de nuestras unidades capitales indefinidamente. En el segundo semestre de este año, tuvimos el honor de reentrenar a nuestras fragatas para recibir combustible en el mar.
Teniendo la bahia de Málaga como fondo de esta sublime ceremonia, con la mayor tristeza de mi alma de marino, tengo que entregar el Comando del Gigante del Pacífico, del buque insignia, posiblemente mi ultimo embarque, pero lo hago con la frente en alto, con el firme convencimiento que se cumplió con la misión ¡y hasta mas!.
Hoy en compañía de mi familia iniciamos una nueva singladura en la Fuerza Naval del Sur, pero siempre estaré pendiente de ustedes.
Quiero agradecer a la familia del A.R.C. “Buenaventura”, las madres, esposas, hijos y novias de mi tripulación, por su comprensión y su apoyo incondicional, fueron pilar fundamental para sobrellevar los largos tiempos de permanencia lejos de casa.
A mi tripulación, mi gente, ustedes saben que los llevare eternamente en mi alma. ¡Son lo mejor! Con ustedes voy a la guerra sin dudarlo.
Al Señor Capitán de Fragata Mario Germán Rodríguez Viera, no le entrego un buque, le entrego una familia.
Mario, tiene usted una tripulación entrenada, leal, profesional, como decimos abordo ¡la mamá de las tripulaciones! Quiéralos, cuídelos, compréndalos, que ellos van a hacer que su comando sea exitoso. Te deseo que siempre tengas viento largo y mar en calma y por supuesto más de un pie de agua bajo la quilla.
A mi esposa Adriana, quiero hacerle un publico reconocimiento por su dedicación, constancia y preocupación por el bienestar de las familias de la unidad, en especial cuando nos encontrábamos en el mar, siempre estuviste ahí cuando te necesitaron, además gracias por tu comprensión y apoyo en los momentos difíciles, fuiste parte fundamental de esta singladura. Te amo.