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2019 - N° 213

 

y exhaustos por

 

 

naval colombiana

 

 

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Director: Dr. Jorge Serpa Erazo • Editor: Dr. TFES(ra) Francisco Rodríguez Aguilera

 

 

 

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Corresponsal Cartagena

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LA ESCUELA NAVAL

ES UNA UNIVERSIDAD NAVAL CON ACREDITACIÓN DE PRIMER NIVEL, 8 PROGRAMAS

DE PREGRADO Y 3 MAESTRÍAS

Por: Manuel Guzmán Hennessey, 14 de febrero 2019 , 07:00 p.m. (EL TIEMPO)

CARTAGENA. En buenas manos está el azul de la bandera. La evolución de la Escuela Naval, en los últimos años, debe enorgullecernos como colombianos. Una ‘revolución educativa’ que viene desde 2007, cuando adoptó la directriz de Unesco para que los nuevos hombres y mujeres ‘de mar y de paz’ conozcan las ciencias navales, hagan el trabajo que de ellos requiere la sociedad, pero, ante todo, sean ellos ciudadanos integrales.

La Universidad Nacional coordinó el proyecto Alfa Sextantis, ambiciosa intervención de toda la isla de Manzanillo: 60.000 metros cuadrados, 100.000 millones de pesos, 17 edificios de alta tecnología, aulas modernas, laboratorios de electrónica, comunicaciones, robótica, física, electromagnetismo y Sistemas de Información Geográfica. La Escuela es

una universidad naval con acreditación de primer nivel que cuenta con 4 grupos de investigación, 8 programas de pregrado, 3 maestrías, 4 especializaciones y 5 diplomados. Tuve la oportunidad de visitarla hace unos días, en la grata compañía de mis compañeros del contingente 58. Ver a los cadetes de hoy caminar por donde nosotros caminamos, y soñar con los mismos sueños que aún permanecen en nosotros, es una experiencia que nos reconcilia con lo mejor que tiene este país.

Destaco dos hechos de aquella festiva visita que, a mi juicio, bien equilibran, de recuerdos y futuro, lo que pudimos vivir. El primero tiene que ver con la razón, la ciencia, el conocimiento. Haber ‘navegado’ a bordo del magnífico simulador que hoy apoya la formación de los cadetes, mediante el entrenamiento

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en maniobras navales con las características propias de unidades a flote. Un simulador de navegación de puente principal de 240 grados, el más completo de Latinoamérica. El segundo hecho tiene que ver con la emoción, los valores fundantes de nuestra Escuela, la amistad, el compañerismo, la alegría de reconocernos y de recorrer, una vez más, juntos, el mar de nuestros sueños.

Estuvo con nosotros el oficial que nos recibió cuando ingresamos a la Escuela, el entonces teniente José Ramón Calderón, mejor conocido como Chepe Calderón. A él le debemos mucho de lo que somos, no solamente quienes siguieron la carrera naval sino también quienes tomamos otros caminos profesionales. Nos enseñó con el ejemplo, que es como mejor se enseña, el valor, la dignidad y el trabajo. Por eso nos alegró verlo. Honor y tradición.

director@laredkln.org

https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/manuel-guzman-hennessey/la-escuela-naval- columna-de-manuel-guzman-hennessey-326970

CEREMONIA DE RECONOCIMIENTO DEL COMANDANTE DE LA ARMADA NACIONAL

En la bahía interior de Cartagena, se efectuó la ceremonia de reconocimiento del señor Vicealmirante Evelio Enrique Ramírez Gáfaro, como Comandante de la Armada de Colombia.

Como parte de las tradiciones navales, esta ceremonia se realiza cuando un nuevo Comandante de la Armada Nacional asume el mando de la Institución naval o para el caso de reconocimiento al Comandante General de las Fuerzas Militares, cuando éste es un Oficial Naval de Insignia.

Unidades de las Flotillas de la Fuerza Naval del Caribe, fondeadas en la Bahía Interior de Cartagena, como representación de las altas capacidades con que cuenta la Institución Naval, enmarcaron el acto protocolario, que contó con la asistencia de autoridades civiles y militares de la ciudad.

15 cañonazos captaron la atención de los asistentes, quienes hicieron parte de una de las ceremonias más representativas de la Armada de Colombia, en donde, se efectuaron los honores al nuevo Comandante, con la rigurosa marcialidad de los hombres y mujeres de mar y de guerra.

El señor Vicealmirante Evelio Enrique Ramírez Gáfaro en su emotivo discurso, agradeció a sus tripulaciones por el apoyo durante los más de 30 años de carrera, siendo ellos actores significativos en este máximo logro. El Oficial de más alto rango en la Institución, simboliza liderazgo, disciplina, valentía, tenacidad y una inagotable Fe en el Todo Poderoso, para que sea la guía en las decisiones y misiones encomendadas.

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EL COMANDANTE DE LA ARMADA NACIONAL

El señor Vicealmirante Evelio Enrique Ramírez Gáfaro, nació el 12 de febrero de 1963, en Pamplona, Norte de Santander.

Ingresó a la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” en 1981, graduándose como Teniente de Corbeta el 1° de diciembre de 1984, en la especialidad de Ejecutivo de Superficie. Ascendió al grado de Vicealmirante mediante Decreto No. 1531, del 29 de septiembre de 2016.

CARGOS DESEMPEÑADOS

Jefe del Departamento de Armamento, Jefe Departamento de

Operaciones y Segundo Comandante del buque ARC “Caldas”;

Comandante del buque ARC “Almirante Padilla”; Director de

Operaciones Navales de la Jefatura de Operaciones Navales de la

Armada Nacional; Comandante del Comando Específico de San

Andrés y Providencia; Jefe del Departamento Armada en la Escuela

Superior de Guerra de las Fuerzas Militares; Jefe de Inteligencia

Naval, Director de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”,

Comandante de la Fuerza Naval del Caribe y Jefe de Operaciones

Navales.

ESTUDIOS Y COMISIONES

Realizó una comisión al exterior en la operación Unitas XLI fase Caribe, en Puerto Rico; participó en la Exposición y Conferencia Internacional de Defensa Naval y Marítima para Latinoamérica, Exponaval 2006, en Valparaíso, Chile; Oficial de enlace ante el Comando Sur en Mayport, Estados Unidos; Clausura del Juego de Guerra Interamericano del año 2010, en República Dominicana; fue designado en visita Oficial, a la organización e instalaciones de la oficina de Asuntos Regionales de los Estados Unidos de América; así como a la Aduana Francesa.

Curso Swoscolcom en el Surfare Warfare Officers School Command, los cursos Marine Safety Training Seminar y Maritime Search and Rescue Planning, en el Cuerpo de Guardacostas de Estados Unidos; el seminario Combating Terrorism, en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América.

CONDECORACIONES Y RECONOCIMIENTOS

A nivel Nacional: Medalla Militar Escuela Superior de Guerra, Medalla Servicios Distinguidos a la Armada Nacional, Medalla Militar Ministerio de Defensa Nacional, Medalla Militar “Francisco José de Caldas”, Orden del Mérito Naval “Almirante Padilla”, Orden del Mérito Militar “Antonio Nariño”, Medalla Militar “Fe en la Causa” y Medalla al Mérito Logístico y Administrativo “Contralmirante Rafael Tono”, entre otras.

A nivel internacional: Medalla Navy and Marine Corps Achievement.

LOS 50 AÑOS DEL CURSO NAVAL REGULAR 47

Por: Vicealmirante (RA) Luis Fernando Yance V.,

Encargado de la relatoría de nuestro periplo por la Armada Nacional en Cartagena

Apenas hace pocos días terminó el reencuentro con los compañeros que ingresamos a la Escuela Naval en aquel día 10 de enero de 1969. Año para nosotros llenos de fantasía. Nuestro gran amigo el Vicealmirante Jaime Parra (sobrino del gran almirante Jaime Parra Ramírez), empresarios y profesionales como Roberto Ayala (hijo del Contralmirante (RA) Ayala), Gonzalo Liévano (hijo de un gran capitán de Avianca, pionero y ejemplo de esa generación de pilotos), Capitán de Corbeta (RA) Carlos Méndez, un experto en armamento mayor de nuestras unidades de superficie con magníficos dotes de inteligencia, y, con una gran lógica-matemática, fueron los artífices de crear por primera vez y en forma permanente e ininterrumpida generar este encuentro, que ha sido bien copiado por la mayoría de cursos y, que han mantenido en estos 50 años la reunión de los ex alumnos del contingente 47 de nuestra querida Escuela Naval.

El contingente 47, ha sido el curso más numeroso y selectivo en ingresar a la Escuela Naval, fuimos 239 aspirantes, al que mayor distinción de alumnos distinguidos tuvo en su primer y segundo año por sus calidades académicas, así lo manifiesta el archivo de la Jefatura académica y de igual manera el capitán de fragata Augusto Villafrade, comandante de Batallón quien con su afamado porte militar nos acompañó en esta efeméride. El abanico de sensaciones que suele deparar este tipo de eventos es bien amplio y, después de tantos años sin verse está el desafío de aceptar al otro tal cual se presenta hoy. Fue una excelente oportunidad para redescubrir a los amigos en su evolución, tanto física como intelectual, siendo estas relaciones muy entrañables y es lógico que uno ponga mucha expectativa.

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Frases de cajón como esta generan cierta emotividad: “¡Estás igual que hace 50 años!” ¡Los años no te pasan, Increíble¡ Pero la verdad es otra. El tamaño de la cintura es mayor, los pelos en la cabeza han disminuido considerablemente, la “tula” que llevamos en la proa aumenta exponencialmente, en kilos y la figura atlética en la mayoría se ve deformada y, solo en algunos casos excepcionales, como: Jaime Salcedo, nuestro barranquillero Lombana, el turquito Farah, Henry Buheim, Jaime Polo, Jhon Child y Juan Macllister son la excepción y en ese abanico también cabe Roberto Ayala.

Nuestro primer gran encuentro oficial fue en la Escuela Naval, algunos acompañados con sus distinguidas señoras. Nos recibió el señor director de la Escuela Naval y su señora, hombre muy formal, distinguido, culto y con expresiones finas. El primer acto de las 0800 la acostumbrada izada a la bandera y posteriormente la marcha que a decir verdad fue muy elogiada porque no se logró la simetría por aquello de la abultada tula en algunos. Posteriormente la misa de acción de gracias, con los coros de la Escuela Naval con el acompañamiento de las y los cadetes. Una ceremonia singular y apropiada para darle gracias a Dios de nuestra existencia y recordar a nuestros compañeros que se han ido hacia la eternidad.

Luego nos reunimos en las nuevas aulas de los cadetes, para rendir un homenaje a la figura “del cadete” con un busto que donó el contingente 47. La historia dice qué averiguando por un pedestal de piedra, se encontraron con uno, que no pudo ser enviado a la Antártida por su tamaño, volumen y, se obtuvo la primicia para el curso 47. Una bella escultura, personalizando al cadete con su vestimenta marinera a la usanza con el flano y la gorra marinera al estilo barca. Hermosa por su concepción y simboliza que aquellos que pasamos por la Escuela, estamos agradecidos por las enseñanzas recibidas en los claustros del Alma Mater.

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Posteriormente visitamos los laboratorios de la Escuela, y el simulador que generan nuestra idea generalizada que la Armada Nacional va por el camino correcto, generando inquietudes científicas. Después hubo una charla corta, precisa, concisa a cargo del jefe de la parte académica. Se centró en el hombre que están moldeando para el futuro. Una charla que enmarca el perfil del hombre que necesita la institución, centrada en los valores éticos más relevantes como: la

justicia, libertad, respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad y equidad entre otros. Que charla tan amena, con un lenguaje sencillo, fino, elocuente y

convincente. El oficial nos dejó en nuestros corazones y mentes, que la vocación está por encima de otras circunstancias del diario vivir y que la voluntad todo lo supera. Rematamos nuestra visita a la Escuela Naval con un almuerzo con los cadetes y palpar sus más sentidas expresiones del valor, el respeto y lo que encierra estar sirviendo a la Patria.

El siguiente día fue otro encuentro singular: Primero fue el saludo del señor Vicealmirante Andrés Vásquez, comandante de la Fuerza Naval del Caribe. Sus palabras llenas de mensajes y vigor, de una gran oratoria de un comandante que mueve los cimientos del ser humano de una forma extraordinaria, que manifiesta su cultura y conocimiento de enlazar ideas y concatenar pensamientos dejando la sensación de un gran líder. De allí seguimos al Comando de Guardacostas del Atlántico, lo que está haciendo en esta lucha contra el crimen organizado y, el compromiso de todos sus

tripulantes. Seguidamente

iniciamos la visita a la Flotilla de Submarinos, la fuerza silente, que está en los 47 años de vida ininterrumpida. Pudimos observar su verdadero compromiso, marinos serenos, templados en su actitud, sigilosos en su forma de actuar, apacibles en saber enseñar y, sobre todo la obligación contraída con la institución y con la Patria. Conocimos de primera mano, su profesionalismo de conservar las unidades con más de 40 años sin conocer alguna emergencia de consideración, gracias al conocimiento y la experticia de estos marinos que navegan en el mundo menos explorado como lo es los grandes océanos. Que gran visita y enseñanzas dejan estos hombres de mar y de guerra que mantienen la escora deseada en las profundidades.

Por último, la visita a la unidad insignia de la Armada Nacional: El A.R.C. Almirante Padilla, comandada por el capitán de fragata Pablo Perafán, un “Caballero del Mar”, que trasluce simpatía a su alrededor, que es cortés, y, las mujeres de todas las edades aprecian a esta clase de hombre por su cortesía y buenos modales, ese es nuestro comandante del buque insignia. Insignia porque es la unidad prototipo

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de su clase, que lleva el nombre del gran almirante José Prudencio Padilla, héroe de la batalla del Lago de Maracaibo, que luchó al lado del gran Napoleón Bonaparte en la unión de España y Francia de invadir las islas británicas, pero que fueron vencidos por ese gran almirante Horatio Nelson en la batalla naval de Trafalgar. Las tropas de la coalición de Francia y España perdieron y Padilla fue puesto preso y después amnistiado, regresando a colocarse a órdenes del Libertador. Esta visita nos propuso varias conjeturas: Primera los valores que encierran los hombres de mar, la segunda el gran compromiso y tercero mantener la fe en lo que hacen. Hoy este binomio hombre-buque, demuestran que todo se puede hacer con poco y les sobra voluntad de servicio y lucha.

Nuestra visita a la heroica estuvo acompañada de eventos, pero queremos darle la relevancia a los pilares que mueven montañas: La formación de los hombres, los sitios que mueven esta fe inquebrantable y su sintonía con la Patria.

Al señor Vicealmirante, comandante de la Armada Nacional nuestros agradecimientos, qué con su beneplácito por medio de un mensaje lacónico, como lo hacemos los marinos, nos autorizó y proveyó de todas las coordinaciones necesarias para que nuestra visita fuera un total éxito. Sus oficiales cumplieron a cabalidad sus funciones y nos depararon una feliz

permanencia en la Escuela Naval y la Base Naval. Muchas gracias y ¡BZ!

MUJER COMANDA DESTACAMENTO

El género femenino por excelencia que se destaca por su delicadeza, simpatía y belleza, se conjuga para convertirse en un héroe más de la Patria. Así lo demostró durante la ceremonia de Relevo del Comando de Guardacostas de Cartagena, la señora Teniente de Navío María Antonia Garcés, quien, con disciplina, mística y excelente porte militar comando el destacamento que engalanó la ceremonia de relevo de una de las unidades operativas de la Fuerza Naval del Caribe.

Esta mujer, payanés de 32 años y madre de tres hijos, tuvo bajo su mando, más de 60 hombres quienes al unísono dieron cumplimiento al estricto ceremonial militar, propio de los actos protocolarios de la Institución Naval. La Oficial, Ingeniera Naval, ha dedicado 14 años de su vida, al servicio de la Patria, trabajando a bordo de unidades operativas de la Fuerza Naval del Caribe y del Pacífico, y en la actualidad se desempeña como Segunda Comandante de la Estación de Guardacostas de Cartagena.

Es además reconocida entre sus superiores y subalternos, como una mujer íntegra, de excelentes virtudes y principios, puestos al servicio de su rol como madre y servidora de la Patria. Por ello el Comando de la Fuerza Naval del Caribe en cabeza del señor Vicealmirante Andrés Vásquez Villegas, en nombre de los hombres y mujeres de la Institución Naval, exalta su ímpetu, gallardía, valentía y profesionalismo en el cumplimiento de la misión.

Un honor que representa, de manera inmejorable a las mujeres que integran la Armada Nacional y que hace parte de esta Fuerza operativa, siempre presente a lo largo y ancho del Caribe colombiano, defendiendo la Soberanía, la Seguridad y la vida en las áreas bajo su jurisdicción.

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El destacamento, conformado por más de 60 hombres, estuvo al mando de la Teniente de Navío María Antonia Garcés, quien se convierte en ejemplo de liderazgo y, quien, con su porte naval, engalanó el acto solemne, con la precisión y disciplina propios de la actividad militar.

132 INFANTES DE MARINA RECIBEN

SACRAMENTOS EN COVEÑAS

En una especial ceremonia religiosa realizada en la Capilla de la Base de Entrenamiento de Infantería de Marina en Coveñas, Sucre, 132 jóvenes aspirantes a Infantes de Marina Regular pertenecientes al cuarto contingente de 2018 recibieron los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación de la iglesia católica.

La ceremonia fue celebrada por el presbítero Salvador Quintero Chipagra, Capellán General de la Armada Nacional y el padre Mario García, en esta ocasión, los Infantes llegaron a la ceremonia con sus familiares quienes los acompañaron en este importante momento de su vida.

Durante el acto, estuvieron presentes los comandantes de los Batallones de Instrucción y Sargentos Mayores de la Base de Entrenamiento donde se forman los Infantes de Marina.

La formación ética y moral de quienes prestan su Servicio Militar es parte importante de la formación integral y humanística que reciben estos jóvenes, motivo por el cual luego de un mes de preparación de catequesis, recibieron los santos sacramentos.

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EL PACÍFICO CELEBRA LOS 82 AÑOS DE LA

INFANTERÍA DE MARINA

El emblemático bulevar José Prudencio Padilla, de la ciudad de Buenaventura – Valle del Cauca, fue el escenario ideal para que los bonaverenses contemplaran la ceremonia militar de imposición de condecoraciones y ascensos de Oficiales de la Reserva Activa, con motivo de la conmemoración de los 82 años de la Infantería de Marina.

La ceremonia que estuvo presidida por el señor Vicealmirante Antonio José Martínez Olmos, Comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, contó con la presencia del señor Brigadier General Ricardo Humberto Perico Pinto, Comandante de Infantería de Marina, el Coronel de Infantería de Marina Alex Eduardo Ramírez Ramos, Comandante de la Brigada de Infantería de Marina No.2 y autoridades locales.

Durante la ceremonia, el Comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, hizo un especial reconocimiento y homenaje a los Infantes de Marina, que han ofrendado sus vidas por la Patria, para brindar tranquilidad a millones de colombianos. Así mismo, agradeció a los miles de uniformados que han coadyuvado en la construcción de Colombia, país marítimo y fluvial y la consolidación de la paz en el Pacífico colombiano.

El evento que fue organizado por la Brigada de Infantería de Marina No.2, finalizó con una recepción en la que se agradeció y compartió con las organizaciones civiles y autoridades locales, las cuales con su liderazgo y gestión han apoyado a la Armada Colombia al cumplimiento de su misión constitucional, en el litoral Pacífico colombiano.

La Armada Colombia, a través de la Infantería de Marina seguirá defendiendo las costas, brindando seguridad en los puertos y ejerciendo soberanía en los mares y ríos de Colombia.

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ARMADA NACIONAL REALIZÓ EL RELEVO DEL COMANDO DE LA FLOTILLA DE SUPERFICIE DEL CARIBE

Durante una ceremonia militar presidida por el señor Vicealmirante Andrés Vásquez Villegas, Comandante de la Fuerza Naval del Caribe, se realizó en el muelle principal de la Base Naval ARC “Bolívar”, la ceremonia de relevo del Comando de la Flotilla de Superficie del Caribe.

El Capitán de Navío Manuel Oswaldo Solano Ramírez, quien, durante los últimos 18 meses, estuvo al mando de la Flotilla de Superficie del Caribe, pasará a desempeñarse como Comandante de la Flota Naval de la Armada Nacional; entregó el cargo al Capitán de Navío Sergio Alberto Oliveros Calderón, quien se desempeñaba como Comandante de la Flotilla de Superficie del Pacífico.

La Flotilla de Superficie del Caribe, es un componente estratégico que realiza operaciones de vigilancia y control marítimo, operaciones en la lucha contra el narcotráfico, participa en operaciones de desarrollo científico, asistencias humanitarias y apoyo logístico, en los espacios que hacen parte de la jurisdicción de la Fuerza Naval del Caribe.

La Armada Nacional desea muchos éxitos al Capitán Oliveros Calderón en su nuevo reto como Comandante de la Flotilla de Superficie del Caribe; así como extiende un Bravo Zulú, al Capitán Solano Ramírez, por su misión cumplida y los mejores deseos en su nuevo cargo.

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TERCERA TRIATLÓN ESCUELA DE

SUBMARINOS SE CONVIERTE EN UN ESPACIO PARA FOMENTAR EL DEPORTE EN LA REGIÓN CARIBE

Jóvenes, adolescentes, mujeres y adultos mayores civiles y militares, participaron en la competencia

deportiva, convirtiéndose también en “Héroes de las Profundidades”.

En una mañana de sana competencia, esfuerzo, disciplina y tenacidad, 110 deportistas se dieron cita en la Flotilla de Submarinos de la Fuerza Naval del Caribe para poner a prueba sus capacidades en esta tercera triatlón promovida por la Escuela de Submarinos de la Armada Nacional.

El deporte no tiene género, ni edad, y para ser un gran competidor, no hay edad límite y así lo demostró el Mayor de Infantería de Marina de la Reserva Activa de la Armada Nacional, quien a sus 72 años, participó en la Tercera versión de la Triatlón Escuela de Submarinos, llevada a cabo en las instalaciones de la Base Naval ARC “Bolívar”.

Estas justas que se realizan de manera consecutiva desde hace tres años, lograron atraer la atención de competidores en las disciplinas de natación, ciclismo y atletismo, quienes llegaron desde los departamentos de Sucre, Atlántico y Bolívar, para demostrar sus habilidades en el deporte.

Adultos y alumnos de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, y de la Escuela de Formación e Instrucción de Infantería de Marina, establecida en Coveñas – Sucre, así como personal de los diferentes componentes de la Fuerza Naval del Caribe, participaron en estas competencias.

La incorporación de altos estándares electrónicos, para el control y cronometraje, fortalecieron la transparencia de los resultados, los cuales serán publicados en la plataforma Finalap, una herramienta utilizada y visitadas por los atletas en Colombia, para la publicación de resultados en línea.

En las categorías abiertas para hombres y mujeres entre 18 y 30 años, los ganadores en esta ocasión fueron los Cadetes Navales María Camila Flórez y Lucas Castilla, mientras que, en la categoría de los 31 años en adelante, se impuso el señor Julián Sánchez.

El género femenino con una excelente representación de disciplina, fuerza y tenacidad también fue premiado con la Medalla de Reconocimiento por su masiva y activa participación en esta versión 2019, de ese modo Yanina Ariza, competidora de la Triatlón, a pesar de no ubicarse en los primeros lugares recibió la Medalla de Reconocimiento “Al Esfuerzo”, teniendo en cuenta que la actividad deportiva, busca promover el espíritu de superación en cada uno de sus participantes.

En medio de medallas y merecidos reconocimientos, los 110 competidores se inscribieron en la historia de la Triatlón “Por los Héroes de las Profundidades”.

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EL CONCEPTO DE GUERRA HÍBRIDA

UTILIZADA POR EL ELN EN EL ATAQUE A LA

ESCUELA GENERAL SANTANDER

Por: Vicealmirante (RA) Luis Fernando Yance V., Ex Comandante de Infantería de Marina (2002-2006)

Resumen: El atentado del ELN perpetuado a la Escuela de Policía General Santander, muestra un método nuevo de llevar a cabo ataques con objetivos militares plenamente identificados y, lo podemos considerar como el lanzamiento de mezclas de combinaciones, en el empleo de artefactos artesanales, nuevas tecnologías con inteligencia de señales para hacer explotar a control remoto una carga y a su vez una capacidad de descifrar y evitar el tráfico de radio o señales de comunicaciones que podrían interferir el éxito de la misión, nuevas tácticas de combate para lograr el cumplimiento de objetivos rentables: Hacer explotar en el centro de gravedad de la Policía Nacional, como lo es la Escuela Mater de esta institución, generando desconcierto, incapacidad, rechazo, miedo, daños colaterales a la población civil, desazón y sensibilidad por la muerte de 21 jóvenes y gran cantidad de heridos, mostrando una preocupante vulnerabilidad de los organismos de inteligencia al no detectar esta amenaza y más aun no poder neutralizarla. Esta clase de combate es la denominada ´guerra híbrida´, apoyada en las vulnerabilidades y debilidades de las fuerzas del orden. Hemos visto por los noticieros los reportes de las autoridades, la preocupación de sus autoridades, generando a veces contradicciones y cuestionamientos de la seguridad, que juegan tácticamente en favor del lado tecnológicamente inferior.

A lo largo de la historia la guerra, los contendientes han utilizado las fuerzas convencionales e irregulares que se coordinaban estratégicamente y estaban separadas geográficamente y no estaban integradas operacionalmente, como si lo están hoy, lo explica Miguel García Guindo, en su escrito ´Las Nociones de la Guerra Híbrida´, y que se manifiestan hoy en día de manera particular en un grado de sofisticación cada vez mayor en el empleo de la tecnología y la combinación de elementos artesanales, que confunden al adversario y, plantean nuevos desafíos a las autoridades y fuerza pública colombiana, por su versatilidad, neutralizando la superioridad militar convencional.

En la década del 80 y 90 en los buques de la Armada Nacional en el contexto de la seguridad hemisférica, en las operaciones combinadas UNITAS, se introdujo el concepto de la ´Guerra Compuesta´ que en síntesis era combatir la conjunción de fuerzas enemigas que utilizaban elementos suicidas, para atacar unidades de guerra navales o fuertes militares con unidades cohesionadas, pero nunca fusionadas o combinadas en el área de combate. Estas fuerzas una convencional y la otra irregular. La combinación de ambas por las fuerzas insurgentes (fuerzas compuestas) y solo la convencional por la fuerza pública, son el resultado de un planteamiento nuevo de la guerra compuesta, que antecede a la asimétrica y la híbrida.

El mismo autor nos notifica que la denominación de guerra híbrida aparece por primera vez en un artículo publicado en la prestigiosa revista Proceedings, en el año 2005 y señala este documento “Mattis y Hoffman en Future Warfare: The Rise Ohf Hybrid Wars, al hablar de los Estados Unidos, advertían que la superioridad de este último crearía una lógica que impulsaría a los actores estatales y no estatales a abandonar el modo tradicional de hacer la guerra y a buscar una capacidad o algún tipo de combinación de tecnologías, tácticas y estrategias que les permitiera obtener una ventaja sobre su adversario. Una lógica que no encontraba acomodo en la clasificación de las amenazas emergentes que apareció en la Estrategia Nacional de Defensa de los Estados Unidos, que distinguía entre tipos de guerra tradicional, irregular, catastrófica y disruptiva”.

Los Estados Unidos después el atentado a las torres gemelas, cambiaron e introdujeron un nuevo concepto de combatir, primero la guerra asimétrica y después la guerra híbrida, utilizando Comandos Especiales para una situación definida e ir cambiando las tácticas de combate. Se dice que el presidente Obama en su estrategia de defensa efectuó en más de 120 países operaciones de inteligencia y de acción inmediata con pequeños grupos de operaciones, con gran éxito. Una de ellas como consecuencia de esta nueva doctrina fue la muerte de Osama Bin Laden el 2 de mayo de 2011, cuando unidades de élite de las fuerzas militares de EE. UU. abatieron a este terrorista en Abbottabad en Pakistán.

En Colombia entre 1996 y 2018 en la visión que narra Eduardo Pizarro en su libro ´De la guerra a la paz´, señala perfectamente en la página 322, en el recuadro 8. Tecnología y guerra: Las Nuevas Escuelas, una forma de como cambian las guerras con las metodologías del enemigo, que sin pensarlo van siempre adelante en este concepto de la guerra híbrida y, corresponde a las Fuerzas Militares y de Policía ir construyendo sobre los construido y hacer planes y, rehacerlos continuamente.

El atentado de esa mañana del jueves 17 de enero en la Escuela de Policía, con un saldo de 21 cadetes muertos y 68 heridos, seguramente nos dejarán muchas enseñanzas en especial en el contexto de la guerra híbrida que han planteado como el ejemplo más claro de un rival híbrido moderno como Hizb Allah en el Medio Oriente y el ELN en Colombia.

La guerra hibrida ha superado con este concepto y acción de un nuevo tipo de guerra que viene a dar por superada la guerra asimétrica (fuerzas convencionales contra fuerza insurgente) con esta guerra aparatosa que busca desestabilizar un estado funcional y provocar una polarización de la sociedad.

Lo mejor de nuestra sociedad está en los hombres y mujeres de la fuerza pública y, debemos apoyarlas con recursos y las consideraciones especiales que debe tener el pueblo colombiano con la expresión de gratitud y cariño hacia estos héroes.

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DAVID PEDRO SALAS SAENZ – NR 66-066

Por: Luis Bernardo Castro Villegas, TN(RA) NR 66-003

Al final de la tarde del domingo 7 de enero de 1973, en avión de Aerocondor volamos de Bogotá a Cartagena para incorporarnos al contingente Naval Regular 66, los que llegamos de Bogotá, arribamos después de las 20:00 horas y nos tenían guardada la comida en el comedor de cadetes. Ingresamos unos 95 Navales y unos 25 Mercantes que integrarían el contingente MC 23.

Entre los Navales llegaron algunos “niños” pues íbamos a cursar quinto de bachillerato y unos de ellos apenas tenían 15 años recién cumplidos o los iban a cumplir, como era el caso de David Pedro Salas Saenz, hijo del CN David Salas Prieto, la mayoría no nos enteramos o no le prestamos atención. Otros éramos un poco mayores. El Brigadier de la Segunda Sección de la Compañía Delta era el GM de 5.2 Alberto Rojas Torres, quien llegaría a ser CALM y DENAP, tomo a estos flacos e imberbes aspirantes y se dedicó a fortalecerlos mediante la práctica del remo y los bautizó como “La Tripulación Filamento” A David Pedro se le llamó el Ciego Salas por sus grandes anteojos. David Pedro era el menor del curso.

En compañía de David Pedro realicé mi primera visita como Cadete a Manzanillo a la casa de Pili Villamizar y desde ahí continuamos teniendo muy buena relación con hijas de diferentes oficiales, entre ellas: Las Galvis, las Rueda, las Jaramillo, las Ospina, La Yayi Riveros, Marcela Charry y María Fernanda Ruan.

En tercer año, 1975 y de manera anticipada nos embarcaron en el Gloria para realizar el crucero de entrenamiento visitando los puertos de Pearl Harbour, Tokio, Okinawa, Keelung en Taiwán, Pusan en Corea del Sur, Vladivostok, Los Ángeles, Acapulco y Punta Arenas en Costa Rica. Nuestro Jefe de Embarco fue el en ese entonces TN Ricardo Alberto Rosero Erazo, a quien mi curso terminó por llamar papá Rosero hasta hoy, navegamos aproximadamente una 25.000 mn.

En 1976 siendo cadetes de 4.2 fuimos nombrados brigadieres ascendiendo a GM´s en Diciembre de ese año. En el primer semestre de 1977 siendo Guardiamarinas de 5.1 hubo problemas con el profesor de Termodinámica 1 y pasaron tres profesores, el último de ellos dijo: “Si los otros profesores no les enseñaron no es problema mío, el que no pase repita o se va de

baja”, 20 GM perdieron la materia y tuvieron que repetir 5.1. El 25 de Mayo de 1978 nos graduamos como Tenientes de Corbeta.

De inmediato nos mandaron a hacer curso de buceo deportivo a BN 1, De ahí nos fuimos a los buques, David Pedro fue trasladado al ARC Boyacá. Ante la grave crisis de falta de unidades a flote operativas y mientras se gestionaba la adquisición y construcción en Alemania de las 4 Corbetas clase FS 1500, el Mando Naval consiguió tres remolcadores de mar ATF, de la misma clase que el ARC Pedro de Heredia y David Pedro fue seleccionado para conformar las tripulaciones del RM Pedro de Heredia, Rodrigo de Bastidas y Sebastián de Benalcázar.

En ese primer semestre de 1979 se dio la llamada “Bonanza Marimbera” razón por la cual el mando Naval al no contar con unidades a flote apropiadas para tareas de interdicción

del tráfico de narcóticos, optó por destinar a esas labores las unidades de DIMAR como el ARC San Andrés y el ARC Gorgona, estas unidades no solo no eran aptas para ese tipo de misión sino que el armamento de mano que se tenía a/b era obsoleto y en pésimo estado de funcionamiento, esto lo digo con pleno conocimiento puesto que yo era tripulante del ARC San Andrés.

No solo había ausencia de unidades a flote, sino también había un gran déficit de oficiales y por esta razón a pesar de que David Pedro estaba destinado a las tripulaciones de los remolcadores de mar fue enviado en comisión al ARC Gorgona, igual le sucedió a los TK Gabriel Salazar y Enrique Oñate oficiales del ARC 7 de Agosto para ir a operar en misión de interdicción del tráfico de drogas en el área de la Guajira. Los oficiales del ARC Gorgona eran TN Darío de la Torre Comandante, TF Luis Fernando Bernal Puerto Segundo Comandante y TF Manuel Londoño Ingeniero jefe.

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Mi última conversación con David Pedro fue al momento del zarpe de BN 1. Me pidió apoyo para legalizar los anticipos recibidos de DIMAR para el presupuesto del buque. Yo soy Administrador y siendo tripulante del San Andrés conocía y tenía experiencia en ese proceso de legalización de los gastos. Zarparon y sobrevinieron los hechos que terminaron con el deceso de mi compañero.

Los hechos se desarrollaron de la siguiente manera:

Al zarpar rumbo a Santa Marta, como es habitual tuvieron un mar muy fuerte de proa en su paso por Bocas de Ceniza. Recalaron en Santa Marta y continuaron al área de operaciones, interceptando, abordando y capturando dos naves con contrabando la M/N Monique y la M/N Nathalie, tristemente el capitán de la M/N Monique era un TF que se encontraba en uso de licencia no remunerada y vacaciones. La M/N Monique quedó varada en un banco de arena frente a Dibulla, (información del CN (RA) Enrique Oñate quien estaba de TK como comandante de la tripulación de presa) y el Gorgona regresó con la M/N Nathalie a Santa Marta, allí dejaron amarrado el ARC Gorgona y regresaron con la M/N Nathalie a rescatar para traer a Santa Marta la M/N Monique. Al no tener servicios de lavandería, ni agua suficiente a bordo todos iban muy mal presentados, igualmente cabe anotar que nunca fuimos entrenados ni había protocolos para el abordaje e inspección de naves en el mar, lo cual implica otra de las muchas fallas del mando naval en el desarrollo de esta y otras operaciones.

Durante la navegación en la M/N Nathalie se encontraron con otro buque que iba rumbo a Bahía Portete. Esta M/N cuyo nombre desconozco les preguntó: “Dónde queda Bahía Portete?” A lo que recibió como respuesta: “Síganos las aguas que vamos para allá”. Más adelante le informaron que ese era un buque de la ARMADA y le ordenaron parar máquinas para ser inspeccionado. Está perfectamente claro que estaban a bordo de un barco civil y que los tripulantes por diversas razones, no iban correctamente uniformados. David Pedro fue designado comandante de quienes iban a inspeccionar esa M/N. Él se encontraba de negro en pantaloneta, camisilla y zapatos tenis. Fue el primero en a bordar la nave y fue recibido con un tiro en la frente.

De ahí fue rescatado y llevado a bordo de la M/N Natalie para navegar de regreso a Santa Marta y luego traslado a Cartagena donde falleció.

David Pedro ha vivido en mi corazón desde siempre, fue un excelente compañero y amigo.

Hago el presente escrito por solicitud del papá de mi compañero el Sr. CN (RA) David Salas Prieto.

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Para realizar este relato hablé telefónicamente con personas que vivieron estos acontecimientos con David Pedro ellos son TF (RA) Luis Fernando Bernal Puerto, CN(RA) Manuel Londoño y CN (RA) Enrique Oñate. En sus relatos encontré algunas pequeñas contradicciones y opté por los arriba escrito.

Este 2 de Abril se cumplen 40 años de la muerte de David Pedro. Espero poder coordinar que la Santa Misa del Domingo 31 de Marzo en la ENAP se celebre para pedir por el eterno descanso de su alma.

Bogotá 17 de Febrero de 2019

SI QUALQUIERA PUDIERA SER

OFICIAL NAVAL

Por: CC(R) Manuel Mogollón, NR 35-046

Durante mi carrera como Oficial Naval estuve de oficial de planta de la Escuela Naval tres veces. En una de ellas, el Director de la Escuela me nombró encargado del reclutamiento de un nuevo contingente de cadetes. En esa función decidí cambiar la idea del reclutamiento, de “únete a la Armada”, a, “es un privilegio si aplicas y te aceptamos”. No solamente eso, sino que tendrás que hacer muchos sacrificios si quieres permanecer en ella. Por supuesto hay muchas ventajas en ser Oficial Naval, pero el más importante es que vas ser parte de un grupo muy especial porque “Si cualquiera pudiera ser un Oficial Naval, la Armada no sería lo que es”. La idea era que para el aspirante, esa última frase fuera el atractivo, “Yo quiero ser parte de ese grupo especial”. En la actualidad ese mismo concepto todavía existe para el cadete, eres parte de un grupo muy especial.

El mercadeo es parte intrínseca de cualquier oficio. Siempre tenemos algo que vender: un producto, una idea, una estrategia, o nosotros mismos a la mujer con quien queremos casarnos o a la compañía con la cual queremos trabajar. En mis 30 años trabajando en mercadeo, con compañías como Datotek (AT&T) y Nortel, todo el tiempo fue intentando convencer a alguien de algo. Pero de todos esos proyectos, mi preferido es este que les adjunto, que fue el que hice para la Escuela Naval como Oficial de reclutamiento.

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CUARTO JUEGO EN HONOR A LA INFANTERIA DE MARINA ORGANIZADO POR EL GRUPO ARRECIFES

Por: CN(RA) Mario Rubianogroot Román

El jueves 31 de enero del 2019, se llevó a cabo en el Club Militar de Golf, el “Cuarto Juego” en honor a la Infantería de Marina, organizado por uno de los mejores Grupos que buscan la integración alrededor del deporte del Golf, llamado “ARRECIFES” con XXII años de existencia.

Asistieron a la convocatoria, el señor CIMAR y los oficiales de su estado mayor (12) y 35 jugadores, con los cuales se organizaron los “Threesome “, con las diferentes categorías y jugar la modalidad Juego por Golpes “Stroke Play”, para premiar los 4 mejores netos, espíritu deportivo y como siempre las “rifas” que alegra a los participantes.

La partida inicio a las 07:00 horas, en “Carrusel” por los hoyos 1, 8, 10 y 15, con el fin de agilizar la actividad. Terminado el juego, más o menos cuatro y media (4:30) horas después, las tarjetas de resultados las manejó, como es la sana costumbre, el Comité de Deportes del Club, para evitar favoritismos.

Cuando se pasó a “manteles”, los jugadores del grupo Arrecifes, estrenaban el chaleco azul recibido como regalo de navidad, cada uno de los 56 integrantes del grupo Arrecifes en diciembre 2018 y con camiseta roja como parte del homenaje a nuestra Infantería de Marina, en el Comedor Principal (véanse registro de fotos).

El programa fue el siguiente:

Himno de la Armada Nacional de Colombia

Himno a la Infantería de Marina.

Minuto de Silencio por los compañeros fallecidos.

Palabras del Sr. CA(RA) Luis C. Jaramillo Peña - Presidente Grupo Arrecifes.

Palabras del Sr. BGIM Ricardo Perico Pinto. Comandante de IMAR

Palabras del Sr. Va(RA) Fernando Yance, ex CIMAR

Palabras del Sr. Va(RA) Jaime Parra C. Presidente Junta CMG

Almuerzo de Compañeros

Premiación ganadores del Juego y Rifas

Ganadores del Juego en Homenaje de la Infantería de Marina

PREMIO

Nombre

Golpes

 

 

 

PRIMER NETO

Señora Adela Albarracín

61

SEGUNDO NETO

Ca Gabriel Mercado

62

TERCER NETO

CN Hugo Bermúdez

67

CUARTO NETO

CO Jaime Escobar

69

 

 

 

ESPIRITU DEPORTIVO

Va Jaime Parra Cifuentes

Mayor Numero

 

 

 

Agradecimiento a los amigos CO Ignacio Ochoa y Sr Gustavo Ramírez por sus apoyos abnegados en premios y rifas.

REGISTRO FOTOGRAFICOS ALMUERZO DE COMPAÑEROS Y PREMIACION:

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ALGUNOS PARTICIPANTES AL JUEGO Y OFICIALES ESTADO MAYOR IMAR

PALABRAS

PRESIDENTE GRUPO ARRECIFES

COMANDANTE INFANTERIA DE MARINA

Sr. ALM. LUIS CARLOS JARAMILLO P.

Sr. BG RICARDO PERICO PINTO.

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ENTREGA DE PRESENTE Y TROFEOS:

Presente - al Sr. BG Ricardo Perico. CIMAR

Primer Neto - a la Sra. Adela Albarracín

Tercer Neto – al CN Hugo Bermúdez

Cuarto Neto – al CO Jaime Escobar

Espíritu Deportivo – Valm Jaime Parra

EL DIA QUE DESAPARECIÓ UNA COMPAÑÍA

DE RECLUTAS

Por: CNES(ra) Fernando Tabarez Molina

Era una mañana apacible en la heroica, iniciaba la década de los 80 y la suave brisa del caribe se disputaba con los primeros rayos del sol, cual llegaba primero a refrescar o calentar las cubiertas de las unidades de guerra atracadas en los muelles de la Base Naval número 1, ARC "BOLÍVAR"...

Una de esas unidades era el ARC "CUPICA", TM-47, comandado por el TN Fabio Cuello Cogan, el inmortal "Tarzán de pueblo" y como su segundo el TF Cortés Monje Carlos, él no menos inmortal, "el Panda". Era lo que se conoce como "una tripulación de lujo". Era lo más cercano a esas tripulaciones de los barcos infames que traficaban con negros desde las costas de África a las murallas de Cartagena de Indias.

Apenas se iniciaban las labores de aseo de las guardias salientes, se ponían al día los libros de minuta, llegaban los francos y las pitadas de "rancheros a la cocina" rasgaban el aire de la Base, cuando el mensajero de CFNA, a paso ligero, entregaba en cada guardia una Señal, "Exclusivo de Comando", puso a todo el mundo a gastar saliva.

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Zarpe brujo, no era, la señal era para todo el mundo, dijo el Jefe Técnico Valverde, mientras entregaba sus "empanadas de cangrejo" al encargado de la cantina del ARC "PEDRO DE HEREDIA". Acuartelamiento tampoco, eso lo comunican con señal de "Reservado", dijo otro en una de las Corbetas.

Las dudas y las versiones siguieron incrementándose con el paso de los minutos, cada oficial, suboficial o civil que llegaba a las unidades daba una versión distinta, todos con los nervios alterados esperaban que el comandante dijera algo una vez abriera la señal sellada que debía entregarle el maestro de armas. Se abrieron las apuestas!

Tocó esperar la formación general, la izada del pabellón, la lectura de la Orden del Día, el relevo del oficial de guardia y por último, después de las instrucciones del Segundo Comandante, esperar al Comandante que se encontraba en el Comando de la Fuerza.

En el puesto, oigan bien, en el puesto, pueden moverse! Que espera tan larga...

Por fin! Como a las 10:00R, llega el comandante. Formar! Atención, Fir! Parte al señor Comandante! Gracias Segundo, a discreción! Señores oficiales, fuera de la formación.

Bueno señores, mañana a primera hora, llega a la guarnición el señor COARC con el señor IGAR y CIMAR, parece que van a inspeccionar algunas unidades y por lo tanto debemos alistarnos como para una inspección operativa. Los Jefes de Departamento procederán a alistar sus dependencias, no hay franquicia para nadie, recibo parte a las 17:00R para hacer una verificación de las dependencias, dependiendo de los resultados habrá salida. Segundo, continúe con el personal.

Está de más decir, que el pánico cundió en toda la FNA... Y el Batallón de Infantería de Marina que se encontraba a la entrada de Bocagrande no fue la excepción... Todo el mundo corría de un lado para otro, sobre todo porque ese Batallón era una fuente inagotable "de mano de obra". Todo el mundo pagaba "escondederos a peso" o procuraba tener su gente ocupada en algo. Pero el enemigo de la falta de recursos era implacable. La infantería de marina tenía gente, pero muy pocos recursos, mientras tanto, al otro lado de la malla, la situación era, en su gran mayoría, todo lo contrario, habían recursos, pero faltaba gente.

Con el pasar de los minutos el pánico seguía creciendo en todas la dependencias de la Fuerza y en las Unidades mayores, menos en las Corbetas recién llegadas, esos buques nuevos estaban por encima del bien y del mal, atracadas en el Sector A1, eran de otro planeta. Mientras tanto, en los buques “viejos”, como ya vimos, desde el Comandante hasta el último marinero, el soldador y los palanganeros se apuraban a actualizar los libros de cada departamento, los folios de revisión se llenaban como por arte de magia y los “revisados” de meses se hacían en un minuto. Los folios de vida se llenaban de anotaciones surgidas de las mentes febriles de los Jefes de División y las máquinas de escribir IBM de la Maestría de Armas eran oro en polvo. Los buques más “pudientes”, se daban el lujo de mandar a los logísticos a la papelería del Magali Paris a comprar “contac” para forrar los libros y carpetas nuevas para los folios de vida y demás asuntos. Es que en esa época, la guerra por sobresalir era asunto de vida o muerte y hasta en esas insignificancias se hacia la diferencia. Por otro lado, los ingenieros, metidos en esa cueva de Rolando que eran los cuartos de calderas, se aprestaban a “achicar sentinas”, botar los “guaipes” engrasados y colocar las mangueras para el baldeo, el cual se hacía con jabón en polvo que el almacenista, “sin asco”, repartía por todo el buque. No faltaba “el regalado” que sacaba su caleta de “caol” y ponía a sus pupilos a “brillar los cobres”, motivo por el cual, el pánico subía de nivel y los madrazos se escuchaban por todos lados, sobre todo en alguna de las unidades vecinas, donde un “canequero”, al mejor estilo de Walter Pimiento, los había pintado para no brillarlos.

Para ese entonces, los “camellos”, “guindolas” y “escalas de gato” eran el bien más preciado y por ende bien escaso, sobre todo los primeros, porque eran fundamentales a la hora de pintar el casco y sobre todo, la línea de flotación. Así las cosas, el primero que los “aseguraba” estaba hecho y por lo tanto los Jefes de los Departamentos de Armamento y Cubierta eran los responsables de conseguir, traer y asegurar los camellos, el Contramaestre con su Pañolero sacaban del pañol de pinturas, como por arte de magia, guindolas, escaleras de gato, brochas y rodillos que repartían, previo vale, a diestra y siniestra, el gris mamparo y el gris cubierta no podían faltar, el rojo “control de incendio”, el “verde maquina” y el “blanco hueso” eran menos solicitados, pero de todos había un poco. Pero, no se podían pintar ni casco ni cubierta hasta tanto no se baldeara y por eso la lucha se trasladaba al muelle en donde la toma de agua era otro escenario de guerra. Ya se podrán imaginar cómo se iba caldeando el ambiente y se calentaban los ánimos a medida que el astro rey iba acercándose a su cenit, por momentos se presagiaba una “voleada” general… de repente, los muchachos de la cocina aparecían cargando una olla enorme con agua panela con limón y todo volvía a la normalidad, al “despelote organizado”, cuando el Oficial de Guardia “pitaba”: ¡refrigerio para el personal!

El “tintineo” de los vasos metálicos se esparcía por todos lados a medida que el nivel de agua panela con limón de la olla iba bajando y poco a poco se iba apagando mientras volvía a crecer el barullo del despelote. Mientras esto ocurría, legiones de “comandos” se habían dispersado por todos los rincones del buque buscando las escobas, los cepillos y las “mopas” indispensables para el baldeo, los encargados de las dependencias, “de mostrar”, como el CIC, el Cuarto del Sonar, la Maestría de Armas, las Cámaras y el Puente, escondían muy bien sus escobas y mopas, por lo que la búsqueda de las sobrantes se volvía frenética. Por lo general, los de “operaciones” eran los más tacaños con estos materiales y nunca los prestaban, por eso, el Segundo debía “mediar” dando la orden de que así se hiciera una vez terminaran con el aseo de sus dependencias, lo cual como era obvio, hacían a paso de tortuga. Es que si entre las Unidades había competencia, entre los departamentos de cada buque la cosa era mucho peor. Lo que si es cierto, es que una vez terminado el baldeo, el estado de las escobas y mopas era

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lamentable, quedaban reducidos a meros “socos” y en muchos casos terminaban sus días en otras Unidades, desde donde se enviaban verdaderos “comandos” que las tomaban “prestadas” cuando las encontraban mal parqueadas. El tráfico ilegal de materiales se hacía por las bordas y hasta bombas de achique vi pasar de un buque a otro sin que la Guardia de portalón se percatara de ello. Una escoba, un cepillo, una mopa o hasta un cuñete de pintura eran pan comido.

Para ese entonces, dentro de la “marea gris”, los remolcadores, el Pedro y el Rodrigo, eran los buques más operativos, el Santander, el Siete, el Tumaco y el Boyacá eran prácticamente historia, cada vez operaban menos y el Veinte tenía “portalón de cemento” desde hacía décadas. Esos dos remolcadores eran los encargados del patrullaje del área de San Andrés y Providencia, para ese día, solo el Rodrigo estaba en el muelle y como los demás, su tripulación estaba sumida en el mismo “corre-corre”.

En el muelle de los “Oceanográficos” y en la Flotilla de Submarinos, estos últimos con sus hermanastros, los Comandos Anfibios, las cosas eran a otro precio, la calma era absoluta, ya que el presupuesto sobraba y mientras los primeros se decían pertenecer a DIMAR, los otros solo le obedecían a las órdenes de Neptuno. Eran rancho aparte, vivían en otra dimensión, por allá nadie se arrimaba a “pedir” nada y para decir verdad, todo se mantenía impecable, eran buques y dependencias relativamente nuevas.

Mientras esto ocurría en las Unidades de la Fuerza atracadas en el muelle principal, en el Batallón de Infantería de Marina el pánico no era tan diferente, allí, los libros y las carpetas también eran puestos al día de manera muy similar, pero el énfasis en los ranchos, los jardines y las avenidas era casi religioso. Las mopas, los cepillos y las escobas también cobraban un altísimo valor y no faltaba el marinero conchudo que era sorprendido pidiendo uno “prestado”, el cual era “invitado” de manera muy cordial a cruzar la malla y regresar a sus dominios. El aseo de armamento era obligado y en esa labor se podían ver todos los Infantes en la Plaza de Armas, supervisados por los Cabos y uno que otro Sargento Viceprimero, mientras los Sargentos Primeros, Sargentos Mayores y los Oficiales estaban en las oficinas o en las Cámaras poniendo al día la documentación. Los Infantes de Marina, recién reclutados, aun sin recibir su camuflado, mucho menos el “chopo”, ni jurar bandera, permanecían en su rancho doblando la ropa en cuadro, aseando el jardín y alistando las lacas, al mando de un enérgico Subteniente, que de vez en cuando se volaba para la Pagaduría de BN1 a ver si ya le habían traslado el sueldo desde Coveñas.

En cambio, en el muelle de las Unidades menores y los buques auxiliares, al pánico se le daba cierto “manejo”, era ese tipo de calma que antecede al temporal, era como estar en el ojo del huracán, viendo como todo se descontrolaba a su alrededor. Las Unidades menores, acostumbradas al escaso presupuesto y a que navegaban en el rio, eran los “patitos feos” de la Armada, para ese entonces, parecían más de la Infantería de Marina que navales y por eso, los que podían zarpar, eran destacados al Canal del Dique a esperar que pasara el temporal. Los buques Auxiliares contaban con un “as bajo la manga” y era que como no tenían muelle, estaban todos acoderados a un costado de la dársena, cerca al Fondo Rotatorio, y para llegar ahí, había que atravesar un campo de escombros y fierros retorcidos que los hacían inexpugnables, solo los más valientes y arrojados se atrevían… Y por supuesto, sus tripulantes.

Dicen por ahí, que al que le van a dar, le guardan, y el afortunado del día fue el ARC “CUPICA” TM-47, al cual, debido al espacio disponible que dejaron las Unidades menores que zarparon para el Canal del Dique, le fue ordenado ubicarse allí, precisamente en el punto más visible de BN1. Ahí sí, cundió el pánico, y ya eran las 10 de la mañana. ¿Pánico? ¡No! Terror…

El Teniente Cuello, con la señal que le ordenaba el cambio de muelle en la mano, serpenteaba por entre los fierros mientras se aproximaba a su buque. En cada paso iba recordando a su héroe, el Almirante Padilla, aquel guajiro que en el puente de guerra del Bergantín Independiente, ese 24 de julio de 1823, surcando las aguas del Lago de Maracaibo, teniendo al frente la armada de Lavorde, pronunciara aquella inmortal proclama: “Compañeros: habéis correspondido también a la promesa que me hicistéis de morir o vencer a mi lado (...) jamás dejaré de confesar que mi mayor gloria consiste en mandaros”.

Cuello, dueño de la situación y acostumbrado como el que más a “capear temporales”, se reunió a bordo con su Segundo al mando, el intrépido Teniente Cortes, y después de comunicarle la nueva orden y ante el requerimiento de este por guindolas, escaleras, camellos, pintura, brochas, rodillo, escobas, cepillos y personal, el rey de la selva, emulo de Padilla, pronuncio su lapidaria proclama: ¡Para!

Y quién dijo miedo… Cuello, sin saberlo, había liberado a los perros de la guerra, había abierto la caja de pandora, había abierto las puertas de los nueve círculos del infierno de Dante, comenzaba así, uno de los episodios más famosos de los hechos paranormales, solo superado por la desaparición de los cinco bombarderos TBM Avenger de la Armada de los Estados Unidos.

Afortunadamente el traslado del ARC “CUPICA” solo se llevaría a cabo a las 17:00R, eso le dijo el Teniente Cuello al Teniente Cortes, y por eso, llamo a formación general y en pocos minutos los diez tripulantes de su buque escuchaban con asombro el reto y la vaca loca que se les venía encima, Quintiliano les quedó en pañales: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con qué? ¿Quiénes? ¿Dónde? ¿Para dónde?

Impávido, como el pávido návido aquel, el Teniente Cortes escuchaba sus reclamos, la vocería de los tripulantes la tomó el Jefe Técnico que cumplía las funciones de Ingeniero Jefe: Mi Teniente, con todo respeto, aquí no hay nada para baldear este buque, mucho menos para pintarlo y así lo hubiera, descontando la guardia, no tenemos el personal suficiente para hacerlo y mucho menos antes de las 17:00R que es el plazo que tenemos para cambiar de muelle.

Se hizo un silencio duro, pesado como el acero… Ojala hubieran sido Guindolas y Camellos.

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Cuando el reto es grande, es que aparecen los verdaderos líderes, eso pensaba el Teniente Cortes… pensaba, pensaba. El se sabía cobijado con esa patente de corso, como lo era la famosa “Carta a García” que le había otorgado su Comandante, confiado en eso su mente empezó a fraguar un plan. Ordenó: Vea mi Jefe, proceda con los disponibles a conseguir el material que se necesita, hablen con sus “contingentes” en los buques y todo lo que esté mal “parqueado” lo pueden “requisicionar” teniendo en cuenta que nos encontramos en un estado de emergencia, mientras tanto, yo voy a conseguir el personal que nos hace falta. ¡Pueden continuar!

Así las cosas, mientras cada quien salía a cumplir su cometido, nuestro aguerrido Subteniente de Infantería de Marina salía de la Pagaduría de la Base un poco molesto, ya que al parecer, por error, su sueldo había sido consignado en una cuenta de la Capitanía de Puerto y debía ir hasta allá para ver que se podía hacer. Sin pensarlo dos veces, se encaminó hacia la Guardia de la Base para salir al centro de la ciudad y cuando salía de la Pagaduría se tropezó con un Teniente de Fragata. ¡Cuidado recluta! ¡No se le ocurra cortarme la proa! Cuando reaccionó y se cuadró con un impecable y prusiano saludo militar, ya el Teniente de Fragata se alejaba con rumbo al Batallón.

Mientras tanto, nuestros Infantes de Marina, sin ninguna supervisión, como buenos reclutas, presos aun del pánico inicial que dan los gritos, los insultos, la rambada y el baño comunitario en absoluta almendra, seguían en el rancho hablando cháchara, de sus novias, sus equipos de futbol y apostando a ver quién la tenía más grande. Las voces estridentes de los reclutas se peleaban con el ruido de los diez abanicos de techo, cuyas balineras resecas por el polvo y el tiempo no dejaron escuchar el llamado al almuerzo. Teniendo en cuenta lo apremiante del alistamiento, el Comandante del Batallón suspendió las formaciones generales y delegó la responsabilidad del régimen interno en los Comandantes de Compañía y estos a su vez en los oficiales subalternos. Ahí estuvo la primera falla, para cuando le tocó el turno de almuerzo a los reclutas, nuestro aguerrido Subteniente estaba peleando en el Banco Ganadero y el Oficial de Guardia que controlaba el almuerzo pensó que los reclutas no pasaron supuestamente por algún castigo, total, el curso de Faquir no era exclusivo de la ENAP. De todos modos, a casi nadie le había dado hambre.

Los Oficiales y Suboficiales almorzaban en sus Cámaras, las demás Compañías estaban pasando al almuerzo en el comedor general, cuando unos pasos apurados y firmes se detuvieron en la entrada del rancho y una voz potente se dejó oír por encima del barullo: ¡A formar reclutas! ¡Cuento hasta tres para que no quede ningún pecueco en el rancho! ¡En un solo bloque abuelitas!

Formaron de una… es que la voz de mando del Teniente Cortes era única. ¡Atención Fir! ¡Aline Ar! ¡A la iz quier!

¿Ustedes saben dónde queda el Fondo Rotatorio? ¡Negativo mí Al cap ten cor yor!

¡Yo soy Teniente de Fragata reclutas! ¡Negativo mi Teniente!

Bueno, me siguen el paso, ¡Al trote! ¡Mar!

En perfecta formación, en un trote silencioso y mientras todos almorzaban, la compañía de reclutas cruzo la reja que limitaba el Batallón y se adentraron en los dominios la Base. Contaría después una secretaria del edificio de Comunicaciones, que al paso del trote de los Infantes solo se escuchaba una carcajada estridente, tenebrosa, cuyo recuerdo no la dejó dormir durante varias noches, porque era muy parecida a la del disco Thriller de Michael Jackson.

“Al trote lo miraron pasar por Sonora, Y el Valle del Yaqui le dio su ternura, Dicen que cojeaba, de la pata izquierda, Y a pesar de todo, siguió su aventura…” Perdón, perdón, eso es de una ranchera…

A paso veloz cruzaron por el Coliseo, el Taller de Pailería, el Comando de la Base, el Almacén de Vestuario, el Fondo Rotatorio y se perdieron entre las montañas de escombros y fierros a un costado de la dársena.

Si algo tienen los Suboficiales navales, es que cuando les toca “parir”, ¡paren! Cuando el Teniente Cortes subió por la tabla que hacía de portalón y llego a la cubierta, encontró apilados tarros y cuñetes de pintura, escobas, cepillos, mopas, jabón, mangueras, guindolas, escaleras de gato y según le informaron, amarrados por el costado de estribor flotaban dos camellos, que seguramente estarían buscando afanosamente en otro muelle.

¿Que el gerente no ha llegado y mi cheque aún no está firmado?

Mire Teniente, yo lo siento mucho, pero el gerente es el único que puede firmar esos cheques, si quiere venga dentro de una hora que yo estoy segura que cuando regrese ya se lo tengo listo.

Bueno, nada que hacer, voy a almorzar a Kokorico y regreso.

El almuerzo se alargó, el restaurante estaba full, dos buses de Expreso Bolivariano habían descargado ahí mismo un “plan chancleta” que venía de Tunja y entonces mientras le salía el pedido, que según le dijo la señorita que lo atendió -esta demoradito- se dio un “vueltón” por “La Casa de la Moneda” para ver si ya estaba lista una marinera que se había mandado a hacer.

El primero que se dio cuenta de que los reclutas no estaban en el rancho, fue un Cabo Primero, que pasó por allí a actualizar la Cedula General, pero pensó que a lo mejor estaban almorzando, pero yendo camino al comedor lo llamó el Oficial de Guardia y se olvidó de los reclutas y de la Cedula General.

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El segundo en enterarse de la “ausencia” de los reclutas, fue el Comandante de la Compañía, que pasó por el rancho para darles una pequeña charla sobre los grados, los saludos y todas esas cosas que les enseñan a última hora a los reclutas, pero cuando vio el rancho vacío y pregunto por ellos, una secretaria, tal parece que las secretarias se la pasaban chismoseando a toda hora, le dijo que un Oficial los había sacado a trotar. No les cae mal un trote, pensó el Capitán y se fue con rumbo a su oficina a seguir con su papeleo.

A bordo del ARC “CUPICA” todo era un “despelote organizado”, habían reclutas por todos lados, brocha o rodillo en mano literalmente pintaban todo lo que se quedaba quieto, pero en justicia, siempre en cada contingente de Infantes de Marina hay de todo: Cocineros, pintores, maestros de obra, electricistas, plomeros, carpinteros, conductores, operadores de grúa, soldadores, almacenistas, en fin, de todo. Así, el buque estaba en unas verdaderas reparaciones generales, un cuarteto de reclutas electricistas le repararon un sinfín de problemas eléctricos, otros le repararon la estufa de la cocina, le destaparon varias tuberías de los baños, le actualizaron y le organizaron la documentación y aunque parezca increíble, lo pintaron desde la punta del mástil hasta la línea de flotación. Para cuando el remolcador de la Base llegó a la maniobra de cambio de muelle, el buque estaba casi terminado. También hay que dejar bien claro, que hubo almuerzo para todo el mundo y hasta dos refrigerios, por lo cual, para los reclutas fue algo así como un “embarque de reclutas”.

El Subteniente llegó al Batallón pasadas las cuatro de la tarde y ya el Comandante de la Compañía, lo había mandado a buscar como cinco veces. Cuando entró a la oficina de comando, el Capitán no lo dejo ni hablar. ¡Qué bonito detalle! ¡Por fin se dio el lujo de aparecer! ¡Como se le ocurre llevarse la Compañía a trotar a Bocagrande!

¿Trotar? ¿Bocagrande? Pe…

¡No me diga un carajo! Mire la hora que es y lo estoy buscando desde las dos de la tarde. ¡En cinco minutos recibo parte de la compañía formada frente al rancho!

Cuando nuestro sorprendido Subteniente entró al rancho, como le pasaba al coyote cuando se le escapaba el correcaminos, su mandíbula casi golpea contra el suelo, el rancho estaba completamente vacío, solo se escuchaban las aspas de los abanicos cortando el aire caliente de esa tarde, el pobre Subteniente sintió una gota fría de sudor que le iba bajando desde la nuca abriéndose paso por la espalda y presintió lo que se le venía pierna arriba.

¡Recibo parte de la Compañía! ¡Teniente Salcedo, hasta que horas lo espero! Pe, pe, permiso para hablar mi Capitán, los reclutas no están.

¿Qué? ¡Cómo así que no están!

Los suboficiales de la Compañía fueron llegando y cuál de todos más sorprendido, en cuestión de segundos la noticia ya estaba a oídos del Comandante del Batallón. ¡Se armó el mierdero!

¡Todos los Oficiales a la sala de juntas del Comando!

La Sala de Juntas estaba repleta, el humo de cigarrillo se esparcía como una niebla digna de una de esas películas de terror…

Como así que se perdieron unos reclutas… Unos no mi Coronel, todos.

¿Cuántos?

Todos mi Coronel, según el parte, 126 reclutas. ¿Qué? ¿Y cómo pasó semejante cagada?

Mi Coronel, yo estaba en la Oficina de la Compañía y aquí el Subteniente Salcedo… rancho… reclutas… doblando ropa… Pagaduría… sueldo… Banco Ganadero… cheque… Kokorico… buses… plan chancleta… Casa de la Moneda… marinera… rancho… vacío.

¿Y ustedes creen que ese Condorito se lo voy a echar mañana al señor COARC? ¡Mandan huevo! Estoy a menos de doce horas de darle parte al señor CIMAR de que el Batallón está sin novedad, para que invite al señor Comandante de la Armada a ver las instalaciones, ¿y ustedes cometen semejante cagada? ¿No creen que si viene, querrá hablar con los reclutas? Qué quieren que le diga al señor COARC, ¿que a los reclutas se los llevó el pipi fantasma? ¡Hasta aquí me llegó la carrera! Después de tanto tirar morral y matar zancudos en Los Montes de María, de dormir en carpas allá en Corozal, de quemar bombillo en ese curso de Estado Mayor y ya cuando estoy concursando para la Agregaduría, vienen ustedes y la cagan. Pero eso sí, tengan una cosa bien segura, ¡yo no me voy a ir solo! ¡NPP! Por esa Guardia salimos varios, ¡Eso se los aseguro! Suspendan todo lo que están haciendo y salgan inmediatamente a buscar esos reclutas, me los paren donde estén y más les vale que aparezcan todos, ¡Que hubo! ¡Los vi!

¡Estelita!

Que ordena mi Coronel.

Hágame el favor y llame a la Flotilla de Submarinos, por microondas y me pasa la llamada aquí a la oficina.

Como ordene mi Coronel.

Coronel, el Segundo Comandante de la Flotilla por el interno…

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Buenos días Parra, si, muchas gracias, hágame un favor, necesito que me preste a Rozo y a Lagos… si, no se los demoro, es para un asunto urgente. Bueno, muchas gracias por el apoyo, hasta luego.

Se inició así una de las operaciones de búsqueda y rescate más grande de la que se tenga noticia, realizada por marina alguna en el mundo, la búsqueda de la Flota Japonesa en MIDWAY fue un juego de niños, creo que hasta la fecha solo ha sido superada por la luctuosa búsqueda del ARA “SAN JUAN”.

A esa hora, con un pequeño retraso, con los 126 reclutas a bordo en la bodega del buque, se inició la maniobra de cambio de muelle del ARC “CUPICA”, para muchos de ellos era la primera vez que navegaban en el ancho mar y siguiendo la recia voz del Teniente Cortes, cantaban orgullosos, “Viva Colombia, soy Marinero, por mi bandera por mi heredad…”

La búsqueda era frenética, las primeras que se “barrieron” fueron las dependencias del Batallón, no encontraron nada, ni un “sueco”. Ya al Comandante le habían confirmado que ni por su guardia o por la guardia de la Base hubieran salido los reclutas. Por lo tanto se establecieron pequeños grupos de búsqueda y con rapidez se aprestaron a rastrillar toda la Base.

El ARC “CUPICA” encendió maquinas, el Teniente Cuello, le ordenó al remolcador que soltara el cabo de remolque y procedió a maniobrar por la bahía interior aprovechando para probar algunas de las reparaciones efectuadas durante ese día. Los reclutas, bajo estricta supervisión, fueron autorizados a subir a cubierta para contemplar la ciudad y la maniobra.

Mientras tanto, la búsqueda por las unidades atracadas en el muelle principal fue infructuosa, en ninguno de los buques habían visto a los reclutas. Lo mismo sucedió en el muelle de submarinos, en el de los oceanográficos, en el de embarcaciones menores, en los talleres, en la piscina, en el coliseo, en las oficinas de la Base, de la Fuerza, en el Fondo Rotatorio, hasta en el Hospital Naval los buscaron… ¡y nada! Cuando pasaron por la dársena, solo vieron un buque que ya maniobraba frente al Terminal Marítimo y parecía que enfilaba para salir de la bahía. El Cabo Primero que se acercó hasta la orilla, debido a la oscuridad que ya se iba apoderando del cielo, lo confundió con un buque mercante y regresó al grupo con la mala noticia, ¡nada!

En el Comando del Batallón, se barajaban varias hipótesis, desde una “prueba de seguridad” por parte del Comando General, hasta una evasión sin precedentes debido a la mala comida. No faltó el que planteó una “infiltración” por parte de la guerrilla y otro que se había leído el libro “Yo Visite Ganimedes”, se atrevió a plantear una “desintegración molecular”, el madrazo lo dejó “seco”. Otro que ya iba a hablar de “tele transportación”, prefirió quedarse callado. Así las cosas, el misterio se acrecentaba y lo peor de todo es que el tiempo se agotaba. Ya el Comandante había redactado un borrador del informe de la pérdida de la Compañía, el cual estaba acompañado de su solicitud de retiro de la institución y solo estaba esperando que le confirmaran en definitiva que los reclutas no habían aparecido. Obviamente, no era la única baja, ya en varias dependencias estaban redactando otras cuantas más.

Casi a las siete de la noche, terminó la maniobra de atraque del ARC “CUPICA”, el muelle estaba completamente solo. Al Teniente Cuello le extraño que ya en los demás buques y dependencias de la Base se hubieran terminado las actividades de alistamiento. Cuando averiguó con la unidad vecina, se enteró que como a las 18:00R se había recibido una señal del Comando de la Fuerza confirmando que el Comandante de la Armada Nacional había aplazado la visita y todo el mundo se había ido franco. Solo quedaban las guardias efectivas y por eso el muelle estaba completamente solo, exceptuando al mensajero del Comando de la Flotilla de Servicios que le entregó al Teniente Cuello la “OROPER” que le ordenaba el zarpe inmediato con destino a Tolú, para embarcar novecientas toneladas de cemento con destino a San Andrés. Después de ofrecerles a los reclutas una comida un tanto “suave”, el Teniente Cortes los formó en el muelle y los envío de regreso al Batallón bajo el mando del Maestro de Armas, el cual salía para Castillogrande a hacer unas coordinaciones con el Capitán Awad (*), fletador del buque y posteriormente viajaría a Tolú por vía terrestre.

Cuando cruzaron la malla del Batallón, el Maestro de Armas se encaminó hacia la Guardia y se perdió por la avenida San Martin con rumbo a la residencia del Capitán Awad y los reclutas en un estado de vestimenta lamentable, con sus camisetas, pantalonetas, epidermis y tenis llenos de pintura y mugre, pero con una gran sonrisa en los labios, se dirigieron al rancho en medio de la mirada atónita de todos los integrantes del Batallón.

Cuando el Comandante fue informado, le volvió el alma al cuerpo, pero las “vaciadas” se intensificaron, los reclutas fueron sometidos a un interrogatorio exhaustivo y al término del mismo no hubo nada que reclamarles. Pero eso sí, a ese Teniente del Cupica me lo encuentran y me lo traen aquí para que vea como es la cosa. Nadie se lleva una compañía, los pone a trabajar como negros y se queda tan campante. ¡Mejor dicho, vámonos para el muelle!

Pero cuando estaban saliendo de la oficina, a lo lejos escucharon las tres pitadas de un buque que estaba zarpando dando marcha atrás y cuando llegaron al muelle, ya en medio del silencio de la noche, alcanzaron a ver una luz de estela que se alejaba lentamente, un remolcador que atracaba en el muelle y creyeron escuchar una risa estridente, que parecía burlarse de todos ellos.

Nota del Autor: Aunque muchos de los sucesos y los nombres aquí relacionados son fruto de la imaginación del autor, el hecho de la “perdida” de los reclutas fue verídica, el destino de los mismos si fue el ARC “CUPICA”, el señor Teniente de Fragata Carlos Cortes Monje fue el protagonista del hecho y los infantes pintaron todo el buque.

(*)El señor Capitán de Corbeta (R) Karam Awad (qepd), tío de nuestro compañero “Gamalito”, estando en servicio activo, fue el encargado del manejo de toda la logística de adquisición y equipamiento de los destructores suecos ARC “20 DE JULIO” y ARC “7 DE AGOSTO”. Después de su retiro de la institución, se dedicó, entre muchas otras cosas que incluyeron obras filantrópicas y de industria en Cartagena, al

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fletamento de buques, dentro de los cuales estuvo el ARC “CUPICA” en la década de los 80 y el ARC “SAN ANDRES” en la década de los 90, yo entre los años 92 y 93 fui Comandante del ARC “SAN ANDRES” y tuve el honor de trabajar con él.

ZAFARRANCHO GRÁFICO

RECLUTAMIENTO EN CARTAGENA AÑO 1945. INFANTERÍA

https://www.facebook.com/groups/10375747639/permalink/10157017187572640/?_rdc=2&_rdr

ALMUERZO DE ACORE BOLIVAR

Mesa del señor CA German Rodríguez Q. y Carlos Díaz

Mesa del ALM Mauricio Soto G., CA Gabriel Arango, CC Roberto Spiker, VA Gabriel Torres

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Mesa Hernando Thorné, Jaime Sánchez Carlos Umaña, Darío de la Torre.

Mesa BG Jesús Castañeda, CR Alonso Franco, Ernesto Carreño, José Calderón, Armando González

Durante el almuerzo, realizado en el Centro Recreacional de Oficiales, Club Naval de Cartagena, el CA Gabriel Arango B., impuso la medalla 50 años de graduados a unos oficiales de la RA CR José Calderón Z., CC Roberto Spiker G. y MY Eduardo Puentes

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ACORE EN REFICAR

El 15 de febrero, ACORE BOLIVAR, visito las instalaciones de REFICAR, en la zona industrial de Mamonal, el más grande complejo Petrolero del País, la información recibida muy completa, los asistentes recibimos una gran enseñanza y sobre todo el conocimiento del complejo y muelles petroleros de Cartagena, agradecimientos, a los Directivos de REFICAR y al Presidente de ACORE BOLIVAR

COPA ALMIRANTE RAFAEL GRAU A.

El señor vicealmirante Gabriel Pérez, Presidente del Centro Recreacional de Oficiales de Cartagena, mediante Directiva Transitoria del mes de Diciembre del año 2018. estableció el torneo de tenis "RAFAEL GRAU ARAUJO" para iniciar el año Deportivo en el club Naval de Cartagena. El señor Coronel de IM (RA) Gabriel Morales H. Patrocinador del Torneo Dono la Copa para ser entregada al Campeón la cual permanecerá en la gerencia del Club y cada año será marcada con el nombre del Campeón del Torneo este año el Ganador fue el CN(RA) Edgar Alba.

CRIM(RA) José R. Calderón entrega el Trofeo al ALM Rafael Grau A.

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Trofeo de Tenis. Rafael Grau Araujo.

FOTOS DE LOS CONTINGENTES DE 1971 QUE ENTRARON A LA ENAP

El pasado, viernes primero de febrero, el contingente 50 se reunió en el club naval de oficiales de Cartagena, para celebrar sus 48 años de ingresar a la escuela naval, muy grata la reunión en club, a la cual estuvo invitado, el teniente José Calderón por ser el oficial de sección de la tercera compañía de reclutas, en la reunión llegaron grandes recuerdos y anécdotas de esos preciosos años de Escuela

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ALMUERZO DE INTEGRACIÓN DE LA ARMADA NACIONAL CON LA

HISTORIA NAVAL

Invitación especial al Segundo Comandante de la Armada Nacional Vicealmirante Orlando Romero y al Jefe de Educación Mayor General IM Oscar Hernández, con sus adorables y lindas señoras, del Presidente y Vicepresidente del Consejo de Historia Naval Carlos Ospina Cubillos y Jorge Serpa Erazo.

HACIENDO PATRIA POR EL MUNDO

Visitando las oficinas de puerto de la Isla La Digue en la Republica Islas Seychelles

Abordando un Viking Air DHC-6-400 de

Air Seychelles para cambio de Isla

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FOTOS DEL RECUERDO

CALM (RA) Jorge Cadena Mutiz, CN (QEPD) Gonzalo Parra, VALM Luis A. Ordoñez R.

Un Catalina como los que sirvieron en Cartagena a finales de los 60

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