|| Servicio informativo del enfermero Pinto
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Informativo virtual
para integrar la familia naval colombiana
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Nº 148
2013
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Unidos por el mar
y exhaustos por el
último poste
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En la década de 1970 le recibí el cargo de Primer Ingeniero al señor José Hilario Ortega en la motonave “Ciudad de Barranquilla” de la entonces Flota Mercante Grancolombiana. Ortega ya era conocido en la Flota y en la Armada como “El Náufrago”, y en el trayecto entre Santa Marta y Buenaventura tuve el privilegio de tratarlo como amigo y compañero de trabajo. Desde entonces ha seguido dando muestras de su honestidad y desprendimiento y es un ejemplo para los marinos de las nuevas generaciones.
Con él me encuentro en reuniones de marinos y en sepelios. En una conversación que tuvimos el año pasado me narró sus antecedentes: nació en El Socorro, Santander, el 14 de enero de 1930, pero se considera bogotano. En 1944 ingresó a una institución de la Armada que preparaba técnicos, la Escuela de Especialistas, que fue clausurada dos años después, entonces comandada por el capitán de corbeta Juan Antonio Morales
En ese momento era el mejor alumno (recibió el premio Espíritu Naval de 1946) y por eso le ofrecieron pasar a la Escuela Naval para formarse como oficial de la Armada, pero no aceptó por su decisión inquebrantable de ser marino mercante. Sin embargo, se vinculó a la Armada como suboficial de máquinas del ARC Antioquia. Pasados dos años pidió la baja para cumplir sus deseos y se embarcó en el Chiriquí, donde tuvo la aventura que da el título a esta nota.
Tiempo después, en 1951, arribó a Barranquilla la motonave “República de Colombia” bajo el mando del célebre capitán Froilán Valenzuela y con una sola vacante, la de marinero. La aceptó sin vacilar y pronto fue destinado a máquinas donde fue limpiador, aceitero, segundo electricista y mecánico de cubierta. Pasó al “Ciudad de Popayán”, donde todos los oficiales eran alemanes, y pidieron que lo ascendieran a cuarto ingeniero. Estuvo después en el “Casablanca”, en el ganadero “Sinú”, y ascendió de grado en grado hasta el de primer ingeniero, presentando todas las pruebas reglamentarias en la Escuela Naval. Terminó su vida marinera dirigiendo en Cartagena el desguace del antiguo “República de Colombia”, rebautizado como “Río Cauca”. Hoy El Náufrago vive en Bogotá con su esposa, tiene tres hijos y varios nietos. Es el subgerente de la Cooperativa de Oficiales de la Marina Mercante.
Durante el diálogo le recordé: “Náufrago, conservo un escrito que usted olvidó en una gaveta del escritorio del camarote del primer ingeniero cuando lo relevé hace años”. Se quedó pensando, intentando recordar, y le aclaré: “Se trata de un naufragio”. “¿Y qué quiere hacer con él?”, preguntó. “Ojalá pudiera publicarlo”, respondí. Su reacción no podía ser sino generosa: “Disponga de él como quiera”.
Y aquí presento las páginas firmadas por el ingeniero Ortega, por fortuna rescatadas de un cajón. Más que una anécdota, son un breve aporte a la gran historia de las gentes de nuestros dos mares, que está por escribirse.
Por los numerosos paralelismos que tienen nuestras vidas, afectuosamente dedico este relato al marino y amigo, Capitán de altura Jorge Gonzalo Castrillón Borrero, “El Indio”.
Todos los que hace muchos años tuvimos la oportunidad de pertenecer a la Armada Nacional la recordamos siempre con cariño porque, además de habernos preparado para afrontar la vida con disciplina y rectitud, nos señaló un destino desde la pubertad.
Es también mi caso personal. Cuando pedí la baja de la querida institución, no tomé otro rumbo que el de seguir en contacto con el mar. Me embarqué a bordo de la motonave mercante Chiriquí, de bandera panameña. Era un buque relativamente nuevo, con motor diésel y se encontraba en buenas condiciones. Entré a su tripulación con el cargo de tercer oficial ingeniero, bajo el mando del curtido capitán español Luis González de Ubieta, quien había sido comandante en la flota Republicana durante la guerra civil que azotó a su país y buscó su hogar en estas tierras del Nuevo Mundo para no someterse al yugo de los vencedores.
Todo ocurrió el 30 de diciembre de 1950, la víspera de celebrar la llegada de un año nuevo que marcaba con exactitud la mitad del siglo. A la luz del amanecer zarpa de los muelles barranquilleros el “Chiriquí” con destino a La Habana, Cienfuegos, Santiago de Cuba y América Central. No recuerdo la mercancía que llevábamos, pero había mucha carga sobre la cubierta, lo que debilitó la estabilidad del buque. El propósito inmediato era vencer la barra de Bocas de Ceniza, maniobra que en esa época era peligrosa y exigía la máxima atención de cualquier navegante, que tampoco tenía las ayudas técnicas de hoy en día. Allí eran frecuentes los naufragios porque el malecón era muy corto y sólo se podía entrar o salir entre las seis de la mañana y las cinco de la tarde.
Para complicar las cosas el tiempo era malo, el mar estaba enfurecido. El buque entra en un terco cabeceo. De pronto ceden las uñas de agarre al eslabón de las cadenas del ancla, que empiezan a estrellarse contra el escobén haciendo vibrar la roda. La hélice sale del agua y vuelve a sumergirse a cada pantocazo, crujiendo el codaste. Los vientos silban al herir las jarcias y las golpean contra los mástiles y las plumas, que chirrean sobre sus apoyos. Las primeras olas, altas y potentes, ya azotan con toda su fuerza la embarcación por el costado de estribor. Una por una ceden las amarras y la carga que va sobre cubierta rueda estrepitosamente por babor para caer al mar. La estructura de la nave cruje con estrépito y con los primeros destrozos viene lo más trágico: las olas van llevándose a unos marinos, impotentes para resistirlas. El buque se escora peligrosamente a babor. Alguien logra accionar el mecanismo de la alarma y se escucha una sola pitada aterradora y lúgubre. La nave está herida de muerte y lentamente va dando el terrible bote de campana, sobre la amura de estribor, y al perderse entre el agua la quilla ya hace las veces de cubierta.
A escasos tres metros de la borda veo a dos de mis compañeros que no sé cómo lograron abandonar la sala de máquinas y les grito: “¡Vamos, viene una ola muy alta!”, y nos lanzamos sobre la cresta. Ya a la distancia, flotando sobre las olas y en medio de los escombros, contemplo por última vez la quilla de la nave que se perdía en las profundas y turbias aguas del delta del Gran Río de la Magdalena arrastrando con ella a su inolvidable comandante y a varios hombres.
En ese momento pensé que yo era el único sobreviviente. En el horizonte alcancé a ver un buque y pedí a Dios que me divisaran y me rescataran. Sus tripulantes habían presenciado inermes la tragedia. Impedidos para obrar de inmediato por el tiempo reinante, envían un SOS para que acudan al sitio los botes especiales al servicio de los prácticos en la zona. El rescate de los náufragos comenzó poco después con botes salvavidas de la nave y del puerto, entre los escombros que flotan a la deriva. La faena dura aproximadamente dos horas.
En medio de gritos juveniles, los sobrevivientes nos reunimos en tierra, nos estrechamos las manos, nos abrazamos y lloramos con una extraña mezcla de dolor por la catástrofe y alegría de sentirnos a salvo. Mientras nos trasladaban a un hospital de Barranquilla para curarnos las lesiones, la gente quería saber todo sobre el naufragio. Llegaron varios periodistas, entre ellos uno de una emisora que estaba sobre el camino, y me puso al micrófono pensando que yo era el que mostraba mejores condiciones físicas. Respondí como pude en semejantes circunstancias y continuamos abriéndonos paso entre la gente que seguía haciendo preguntas hasta cuando llegamos al hospital. Una religiosa me tranquilizó y me aplicó los primeros auxilios. La presteza de su ayuda y la bondad de su mirada me impidieron caer en cuenta que había hecho todo el recorrido, desde el mar hasta el hospital, con una única y simple prenda de vestir, los calzoncillos. La hermanita, muy profesional, no se había inmutado.
Con seguridad murieron el capitán González y dos o tres tripulantes, pero los lancheros que nos rescataron hablaban de más víctimas, entre ellas quince o más presuntos polizones.
Pocos días después ya estábamos los náufragos deambulando por las calles de Barranquilla, reuniéndonos en el Café “Roma”, sobre el Paseo Bolívar, disfrutando el aroma del café colombiano, hablando, escribiendo cartas y trazando planes para el futuro inmediato.
A medida que tramitábamos la recuperación de los documentos perdidos, la mayoría de los jóvenes náufragos estábamos buscando de nuevo el mar y embarcándonos en naves de diferentes tipos y banderas.
El 18 de abril de 1951, cuatro meses después del naufragio, entré a formar parte de la tripulación del buque insignia de la Flota Mercante Grancolombiana, la M/N “República de Colombia”, bajo el mando del legendario capitán Froilán Valenzuela, hombre de recia personalidad, conocido ampliamente por todos los miembros de instituciones navales y mercantes y nunca olvidado en las tertulias de marinería.
Navegando por nuestro bello mar Caribe, esta vez en calma, y reunida la tripulación en la cubierta principal, los nuevos compañeros cumplieron el viejo rito marino de la salada, incluyendo ahora una ceremonia de bautizo para el recién llegado: “El Náufrago”. Desde entonces decidí llevar el apelativo con cariño y ante todo con orgullo porque me marca como hombre del mar, ese ser al que he amado tanto como a mis viejos camaradas y verdaderos amigos. Es inevitable sentir nostalgia por los que ya zarparon desde diferentes puertos rumbo a desconocidos y lejanos horizontes de azul inmenso y celestial.
Apelativos de hombres de mar
A continuación rindo un pequeño homenaje a los compañeros ya ausentes, para que mis colegas los identifiquen, los recuerden y anoten en la lista los que hacen falta: Alvarito, Benitín, Boris, Caramelo, Casasbuey, Clark Kent, Chacharmán, Chaguito, Chicuelín, Chilín, Chimichagua, Chivago, De la Street, Don Froilo, Don Napo, Don Pancho, Don Santa, Don Sigi, Guayabito, El Burro, El Caucho, El Ciego, El Cojo, El Conde, El Che, El Chinopiedra, El Chiquito, El Chulo, El Flaco, El Gato, El Gordo, El Guámbito, El Indio, El Loco, El Maestrico, El Mocho, El Mono, El Mudo, El Muerto, El Negro Mena, El Nene, El Oso, El Pastuso, El Profesor, El Puerquito, El Seco, El Tigre, El Viejo, Garcita, Masitas, Melindre, Miguelucho, Musculito, Paché, Palmolive, Pedro Paja, Pichirilo, Regalito, Supermán, Terciopelo, Tierraplana,
… y su servidor, El Náufrago.
Los que quedábamos del Contingente XVII en 1952. Al final nos graduamos 17 como de 120, si mal no recuerdo
A través de mi lectura de todas y cada una de las ediciones de la Cyber corredera, desde hace un mes que me encontré con ella, mi memoria se ha recreado con varias crónicas escritas por oficiales de distintas épocas en servicio activo y retirados, y hasta de cadetes que emigraron de la Escuela antes de graduarse, sobre sucesos acaecidos durante su “reclutada” y en años posteriores, todos ellos repletos de detalles y anécdotas realmente gratos. Sin embargo, tal vez por haber sido nuestros años de permanencia en la sede de Bocagrande hace ya muchos lustros, no se han traído a colación algunos de esos aconteceres que hoy quisiera recordar a nuestros contemporáneos en las aulas y los patios cubiertos de caracolejo de esos años:
Quién, de la familia naval del comienzo de los años cincuenta, no recuerda el célebre “Batallón Aurora”?
Sucedió al regreso de uno de los cruceros que hacíamos periódicamente, tal vez en el que toda la Escuela Naval fue a Costa Rica (Puerto Limón y San José) para participar en la posesión de un nuevo Presidente, durante el cual, a juicio del Director de la Escuela Naval, que a la sazón era el más tarde Almirante Jaime Erazo Annexi, los cadetes habíamos estado muy indisciplinados. Para corregir tal anomalía, él practicó con los Oficiales del Batallón de Cadetes una inspección al rancho de los cadetes que dio como resultado un castigo de diez días de “Rutina Disciplinaria” para por lo menos el 50% de nosotros. (El castigo mío fue por tener los zapatos blancos con la puntera hacia adentro en la laca. Esta debía estar hacia afuera.)
En ese tiempo, este castigo comenzaba a las cuatro de la mañana (De ahí el nombre de “Batallón Aurora”) y duraba hasta las ocho o nueve de la noche, y consistía en que cuanto minuto tuviéramos libre de los estudios y la alimentación, esta última debíamos tomarla de pies, estaba destinado a hacer “Orden Cerrado”, con el fusil encima, y claro, con tendidas en el piso, plantón simple o con remo y currucas y flexiones hasta la saciedad.
Desfila de la ENC en Santiago de Chile, 1952. TN Alfonso Díaz Osorio, Comandante del Batallón de Cadetes, al frente
Como usualmente llovía y el patio estaba cubierto con caracolejo, arena y baches, los fusiles, esos Mausser viejos, se oxidaban y al pasarnos revista de armamento, caíamos otra vez en tres o cuatro días más del mismo castigo, por “Descuido con el Armamento” o por alguna otra causa, algunas veces una nimiedad. Este castigo se prolongó para la mayoría de nosotros por más de un mes y medio... Me olvidaba mencionar que durante este tiempo no teníamos derecho a franquicia los domingos ni los sábados.
Otra práctica bastante dura que empezábamos a realizar desde que recién nos entregaban el armamento, eran los polígonos que hacíamos en la parte de atrás del Cerro de La Popa, en ese tiempo deshabitada.
Como el bus que teníamos en la Escuela casi nunca estaba apto para moverse adecuadamente, (cuando era imprescindible, lo teníamos que arrancar empujado) salíamos de la Escuela como a las trece horas, unos ratos en marcha libre, unos en marcha con compás y otros trotando bajo el sol ardiente de esa hora, o algunas veces bajo aguaceros de padre y madre, hasta llegar a nuestro destino.
Lo mejor era que íbamos con el fusil al hombro, cargando los blancos y las municiones que empezaban pesando poco, pero que después de atravesar toda la ciudad pesaban toneladas. El resultado de nuestros disparos no era el mejor, claro está, después de ese penoso viaje.
En la Escuela, las clases eran generalmente dictadas por Oficiales de la Armada, pero también había bastantes profesores civiles. El nivel académico era muy alto y por lo tanto exigentísimo. El porcentaje de “rajados” era bastante alto. De recordar en este punto, las ”señoras bielas” de que nos hablaba el Capitán Salcedo en las clases de máquinas, y “los bloques” que le sacábamos al Capitán Gertz en las de Geometría Descriptiva, cuando se retiraba del salón diciendo: “mejor estudien”.
Las ayudas electrónicas no existían y recuerdo que la novedad era un proyector al que se le colocaba una cinta de 35mm con las imágenes a proyectar; y en otro equipo, un tocadiscos de 78RPM, se colocaba un disco de esos de pizarra, que se iniciaba con el primer cuadro. Cuando sonaba un “BIP”, el operador avanzaba la cinta, y así sucesivamente.
Eso era muy novedoso, y nunca antes visto. Tampoco existían las calculadoras de bolsillo, ni siquiera pequeñas de mesa. Nuestras operaciones eran en regla de cálculo.
Los sábados por la noche, (o los viernes?) se nos presentaba cine en el patio interior de la Escuela a los cadetes, y podíamos traer invitados. Muchas niñas cartageneras se veían esas noches, sentadas con los cadetes; algunas de ellas fueron después sus esposas. La proyección se hacía sobre un telón de lona que colgaba del balcón que había en la Cámara de Oficiales, en el segundo piso. El proyector era una maquinita de 18 mm y como cada película venía entonces en cuatro o cinco rollos, cada media hora se interrumpía la proyección para cambiarlos. Otra cosa, eran películas en blanco y negro; todavía ni se soñaba con películas a color.
Otro recuerdo imperecedero: En una salida a navegar a velas en una ballenera, un domingo cualquiera, afortunadamente solo compañeros, porque muchas veces íbamos con peladas, por un error nuestro en el momento de hacer un viraje, se nos volteó la ballenera. Permanecimos sobre el casco invertido del bote, sobre el caracolejo y demás incrustaciones que tenía, como hasta las diez de la noche en que un bote-motor de la Base Naval nos encontró muertos de frío y con heridas en la piel. Habíamos ido a dar cerca de Mamonal, por estar a la deriva como cinco horas. No teníamos en el pañol de botes chalecos salvavidas; ni siquiera se oía hablar todavía de “seguridad”. ¡Qué tiempos aquellos!
Inolvidable también la celebración del 1º. De Mayo, Día del Trabajo. Le hacíamos verdadero honor a su nombre. No tocaba sacar a tierra las 10 o 12 balleneras que teníamos, ponerlas boca abajo, quitar con rasquetas el caracolejo y demás elementos que tenían incrustados en el casco, después pintarlas y finalmente regresarlas al muelle y al mar.. Era trabajo del orto al ocaso!
Y finalmente, cómo olvidar la sopa de ñame casi todos los santos días, el plato especial de los domingos: Espaguetis con pollo y el desayuno con peto y salchichón? Tampoco se olvida la respuesta de algún Brigadier Comandante de mesa, cuando quedaba algo en una de las palanganas en que se llevaban los alimentos a ésta, y algún cadete pedía permiso para servírselo: “Y yo qué como, guevón”?
Sin duda, todas estas cosas nos formaron un carácter recio, nos enseñaron a ser hombres a carta cabal, y nos prepararon para afrontar cualquier dificultad que se nos hubiera podido presentar en la vida. Gracias, Escuela Naval, Gracias, Armada Nacional de Colombia. Gracias Enfermero Pinto, por darnos la oportunidad de traer al presente recuerdos que nos unen a compañeros del pasado…
PS: Frases Célebres: Del Cadete 17 Luis Carlos Hernandez Polo, samario, perezoso, dormilón, siempre joche y asiduo del calabozo:
" Dígame señor letrado, por qué teniendo el mulo, redondo el ojo del culo, caga el cagajón cuadrado?”
OFICIALES DE PLANTA EN LA BASE NAVAL “ARC BARRANQUILLA” (1957)
1ª. Fila, sentados: Ttes. Botero, Vera y Barona, Capitán Darío Forero González, Ttes. Villabona, Gómez, Narváez y Cadavid. 2ª. Fila, Ttes. Martínez, Calderón, Montalvo, Laverde y Ttes.1ºs. Alcalá y dos cuyos nombres no recuerdo. 3ª. Fila: Ttes. Ordoñez, Rojas y Sánchez
En varias crónicas leídas en diferentes ediciones de la Cyber-corredera, de Oficiales como el Alm. Manuel Avendaño Galvis, y los Capitanes Alberto Ospina Taborda, Guillermo Fonseca Truque, y Enrique Román Basurto, así como en la que se mencionan los 60 años de llegada a la ENC del Contingente XXI, y en una fotografía en “Los Tesoros de Imágenes Históricas 06”, encontré someras referencias a la ARC “La Atrevida”, embarcación muy pequeña pero creo, de grata recordación para los cadetes navales de su época.
Como el Enfermero Pinto y su combo alimentan tan acertadamente el espíritu de la familia naval trayendo recuerdos de tiempos pasados, anécdotas de nuestro tiempo y reviviendo ese trajinar de antaño, he querido colaborar a la causa asumiendo el papel de “escribidor”, y atenido a mi memoria, sesenta años después, hacer el siguiente relato:
Una etapa de gratísima recordación de nuestro paso por la Escuela Naval, fué la llegada y permanencia con nosotros de la ARC ”La Atrevida”. Este fue un buque pesquero de unos 15 metros de eslora, de madera, en el que según relatos de la época, navegó desde Alemania con su familia un Capitán avezado, huyendo del régimen de la Alemania Oriental., con destino a los Estados Unidos, pero que nunca supimos por qué razón llegó a Cartagena, y al ser asignado a la Armada, lo destinaron a la Escuela Naval...
Nos lo entregaron creo que a mediados de 1952 o comienzos de 1953 en un estado deplorable de mantenimiento, y ahí, en el muellecito también de madera que teníamos en la Escuela, con un amor increíble nos dedicamos todos los cadetes y Guardiamarinas a recuperarlo. Fueron larguísimas horas y horas raspando todo el maderamen con pedacitos de vidrio. Mamparos, cubierta y en general toda la obra muerta estaban cubiertos de grasa de pescado por toda parte, y los dejamos como nuevos. También se rasquetearon las partes metálicas, y a todo se le aplicó la pintura correspondiente.
Se estableció una guardia que hacíamos los cadetes durante toda la noche. En una de ellas, escarbando compartimentos internos camuflados, entre mamparos y casco, un grupo al que yo pertenecía, hallamos latas de leche condensada y mantequilla holandesas, de las que dimos cuenta poco a poco sin informar a nuestros superiores, y mucho menos a cadetes más antiguos, que nos las hubieran “confiscado” .Más tarde supe que otro grupo encontró unos panes, a los cuales no pudieron “meterles el diente” porque se habían petrificado.
La Atrevida tenía dos palos y tres velas: Un foque, una vela mayor y una mesana. También tenía un motorcito diesel de dos tiempos, que servía para zarpar, atracar y salir de las calmas chichas que a veces se presentaban. En ella, hacíamos cortos viajes por Barú y las Islas del Rosario, aún vírgenes, y algunas veces más lejos, hasta playas y caseríos en el Golfo de Morrosquillo. Recuerdo que en uno de los paseos a Barú, después de haber estado nadando y jorobando la vida en una pequeña ensenada, nos dimos cuenta de que ahí también estaba un tiburón, tal vez sin hambre y sin conocer el sabor de la carne humana, porque ni nos miró...
Siendo ya Guardiamarinas, un grupo de compañeros, los Tenientes Carlos Vásquez Abella y Benjamín Alzate Reyes, un cocinero, “Cuco” lo llamábamos, un mecánico civil, “El Negrito” Grey y yo, hicimos un crucero por el Caribe como en dos meses. Visitamos San Andrés y Providencia, llegando al final a Puerto Limón, Costa Rica, donde nos esperaban con un muelle como de cien metros de largo y una gran delegación oficial, creyendo que el buque de la Armada Colombiana que llegaba era una Fragata o algún otro buque más o menos grande...
Recuerdo que nos veíamos más pequeños aún frente a ese muelle, por estar al momento en plena bajamar.
En este viaje tuvimos muchas aventuras, pero la que más recuerdo fue el daño del motor cuando tratábamos de salir de una de las calmas chichas que nos tocaron en el viaje. Tuvimos que desarmar el motor, rellenar la chumacera del cigüeñal con metal Babbit, y después, con una rima ir desbastando hasta llegar al diámetro y pulimento milimétrico requerido. Todo esto nos tomó como una semana y fue hecho con las uñas. Tuvimos la suerte de tener a bordo un soplete de gasolina, con el que pudimos derretir el metal Babbit y aplicarlo a la chumacera, y otras herramientas que no eran las más adecuadas para ese tipo de reparación. Y claro está, contamos con la presencia a bordo del “Negrito Grey”.
¿Saben una cosa? La calma chicha duró hasta media hora después de que arrancamos el motor. Debido a este atraso en alta mar, se nos acabó el agua dulce y sufrimos sed unos dos o tres días, a pesar del racionamiento que habíamos establecido. Al llegar a Puerto Limón, nos metimos debajo de las mangas de agua que había en el muelle, para disfrutar del precioso líquido que tanto nos había faltado, y que ahí servía para llenar los tanques para las calderas de las locomotoras de vapor que funcionaban en ese tiempo.
El regreso, bordeando la costa continental fue muy movido, sobretodo navegando desde el Golfo de Urabá hacia Cartagena, con vientos fortachones y mar de proa. Tuvimos una o dos noches en que ninguno pudo descansar, atendiendo las maniobras de cubierta, calados hasta los huesos por las olas, pero felices....
Nota. Omití los grados precisos y los q.e.p.d. a propósito.
“Estos recuerdos que se mantendrán vivos en nuestras memorias por siempre, cada vez que se relatan dan un toquecito de alegría en nuestros corazones y ayudan a fortalecer nuestro espíritu”
Alm. Edgar Garay Rubio. Corredera del 38 No.26
(Amigo y compañero en el ARC “20 de Julio” en 1959)
ENERO 1958. Jóvenes, 127 en total, hacen su arribo a las instalaciones de la Escuela Naval de Cadetes, para la época, sobre la avenida principal, San Martin, del barrio exclusivo de Bocagrande en Cartagena. Llegamos con la ilusión, bueno de acuerdo a la “propaganda”, de conocer y recorrer el mundo, cursar los años quinto y sexto de bachillerato –hoy en día tienen otra denominación – puesto que fuimos “reclutados” al terminar el curso de cuarto de bachillerato. “Vamos a entrar de una como cadetes navales” y “a navegar en los buques para conocer el mundo”, comentábamos entre nosotros.
Nada, el primer grado, si lo podemos llamar así, fue el de RECLUTA aspirante a cadete que no tiene derecho ni al aire que respira. Navegar sí, pero a remos en una ballenera para conocer, si, pero no el mundo si no la bahía interna de Cartagena, Tierra Bomba y alrededores. Recorrer, si, pero no el mundo si no al trote en interminables horas en las instalaciones de la Escuela y, de vez en cuando, por las calles y avenidas del barrio Boca grande.
Tres meses después llega el primer gran momento: la ceremonia de JURAMENTO DE BANDERA y con esto quitarnos el mote de aspirante a Cadete; ya lo somos y con derecho a franquicia. Es decir, salir de permiso a la ciudad. Impecablemente uniformados de blanco – las señoritas nos llamaban “botellitas de leche”, por obvias razones, bueno, para los que vivimos esa época en que la leche se expendía en botellas de vidrio. Por supuesto que éramos “blancos” de caza de las bellas costeñas cartageneras. QUE HERMOSA EXPERIENCIA.
JUNIO 1960. La Escuela Naval es trasladada a nuevas instalaciones en Manzanillo. Salimos de las calles pavimentadas, rodeados de hogares cartageneros, árboles y jardines a las afueras de la ciudad, patios rellenos a base de caracolejo, blancos como la nieve, que magnificaban las inclemencias del sol. Pero como cualquier colonizador, después de muchas penosas faenas, hicimos de la Escuela algo digno de habitar. Ver fotos adjuntas.
DICIEMBRE 1960. Recibimos con orgullo el flamante título de Bachiller y de una, sin pruebas de ICFES, sin necesidad de palancas, etc., ingresamos, o mejor, continuamos estudios en la Universidad Escuela Naval de Cadetes “ALMIRANTE PADILLA”
DICIEMBRE 1962. Once apuestos Guardiamarinas llegan al momento cumbre, GRADUACION como oficiales de la Armada Nacional con el grado de TENIENTES DE CORBETA, en ceremonia presidida por el señor Presidente de Colombia, GUILLERMO LEON VALENCIA. QUE ORGULLO PORTAR ESTE HONROSO TITULO.
FEBRERO 2013. Para conmemorar el aniversario de ORO -50 años- de la graduación nos reunimos en Cartagena. Recorrimos los sitios e instalaciones donde pasamos cinco años de nuestra existencia. Tuvimos la inmensa fortuna de navegar, por un día, a bordo de la fragata A.R.C. “INDEPENDIENTE” y asistir a una Santa Misa en Memoria de nuestros compañeros desaparecidos: Adolfo Lavergne, Miguel Salgado H y Luis Miguel Ramírez A.
De estas actividades queda el siguiente registro fotográfico Contingente 31 1958–1962. Cincuenta años después. Este álbum tiene 22 fotos y estará disponible en SkyDrive hasta el 10/06/2013. FotosReferirnos al "Mono Quintero", es devolver nuestra máquina de recuerdos algo más de medio siglo. El viaje en avión DC-3, muy moderno para la época, despegando desde el aeropuerto de Techo en Bogotá, la llegada a Barranquilla para recoger al Gordo Varón y a Humberto Alfonso, la etapa final en bus hasta Cartagena y por fin la llegada a la vieja Escuela Naval de Bocagrande. Él fue uno de mis compañeros en esa travesía a lo que para nosotros se presentaba como el viaje a lo ignoto. Luego la asignación de números de contingente, que a propósito querido enfermero, a él no le correspondió el 34-045 sino el 34-035, y con ello la irremediable unión de mancorna en nuestra vida de Escuela. Recuerdo su afán por lograr una buena fotografía con las actrices invitadas al primer festival de cine de Cartagena, en nuestro "baile de presentación en sociedad", que en esa ocasión fue incluido en el programa oficial del Festival dirigido por don Víctor Nieto Núñez. Siento cómo en esa época, su entusiasmo, la alegría con que participó en el "trasteo" a la nueva Escuela de el Bosque, su activa participación en los “miércoles culturales”, cuando, subía al escenario después de la retreta de la Banda de la Base, a deleitarnos con su voz de barítono, siempre con la misma canción: "no cantes hermano, no cantes, que Moscú está cubierta de nieve...." ¡Qué recuerdos, Mono! En todos ellos vivirás siempre presente. Iniciaste esa última singladura muy pronto, pensábamos que todavía te quedaban muchos puertos por visitar, pero esa brisa traicionera, te sorprendió y apartó tu nave de nuestro convoy. No importa, a lo mejor, más pronto de lo que pensamos, te volveremos a dar alcance. Mientras tanto, sigue tranquilo tu navegación. Seguiremos tu estela de hombre de bien y siempre tú alegría y entusiasmo nos acompañaran!! Hasta siempre Mono!!
CN Carlos Prieto Avila / 34-034
Monito tuve el privilegio de gozar de tu valiosa amistad y cariño de compañero; en medio del ajetreo y afanes a que nos sometieron las actividades del servicio, nunca tuvimos un no ni un disgusto, tu carácter bondadoso, conciliador y alegre fue el catalizador más grande en nuestra relación personal y profesional. Jairo, como lo cantaste magistralmente aquel sábado de reclutas en el coliseo, presintiendo quizás esta dolorosa partida: RUMBO A SIBERIA MAÑANA SALDRÁ LA CARAVANA... QUIEN SABE SI EL SOL QUERRÁ ILUMINAR NUESTRA MARCHA DE HORROR...
Monito que Dios te guarde donde tanto mereces.
CN Guillermo Bonilla / 34-045
Ha partido para siempre, un compañero de promoción muy querido por quienes tuvimos la fortuna de compartir su amistad en algunos momentos de nuestro diario trasegar por esta vida. Descanse en paz, querido amigo. Tu trato amable, descomplicado y alegre, lo llevo por siempre en mi memoria.
VALM José Ignacio Rozo Carvajal/ 34-018
Jairo... Toda despedida es triste…. te echare de menos, amigo; en los momentos difíciles, me apoyaste, me comprendiste, me tendiste la mano. Que Dios te acoja en su santo seno.
Un amigo y compañero.
ALM Sergio García Torres/ 34-052
Estimado enfermero: Por estar fuera de la ciudad no me enteré a tiempo de la lamentada muerte de mi muy buen amigo el TK Jairo Quintero.
Con el "mono" Quintero compartimos muchas cosas, desde la vieja escuela de Bocagrande, allí nos conocimos, trotamos, hicimos infantería, trapeamos los pisos, y otras diversiones, pero lo más teso de todo, fue que nos tocó soportar a nuestro brigadier, la joyita del guardiamarina Roberto Serrano. El mono, con su pinta de vikingo o de soldado de la Whermacht era el más prusiano de la escuadra, y nos lo ponía de ejemplo… qué mamera !!!
Después la vida nos llevó a re encontrarnos en el destructor "7 de agosto", además del "arduo trabajo" compartimos buenos whiskeys, buenas parrandas, amistades etc. Buenos tiempos que no volverán, hasta que el mono decidió cambiar de rumbo hacia mares lejanos, y dejamos de vernos hasta que ya estábamos retirados.
Aunque últimamente no nos veíamos con frecuencia siempre fuimos "llaverías" y de verdad lamento no haber podido dar un abrazo a su señora, y elevar una sincera oración por su eterno descanso, ahora sí.
CN Ricardo García Bernal. 34-030
Recuerdo a Jairo por su alegría y camaradería, pero especialmente por su disposición y potencia tocando la corneta en la banda de guerra.
Que mi Dios lo tenga en su Gloria.
VALM Sergio Oliveros Castro/ 34-014
Sinceras condolencias a sus familiares y compañeros de curso del Sr. Teniente Jairo Quintero, quien fuera mi Brigadier en la Escuela Naval.
Que Dios le tenga a su lado a quien fuera un excelente ser humano.
Capt. Juan Alberto Alvarez Berbesi (Pilotos del Puerto de Barranquilla)
Jairo Quintero Quintero con su linda esposa Doria Bohórquez conformaban un dúo extraordinario y fenomenal y esta es la canción con la cual la Familia Naval lo recordará siempre:
“Soy marinero de Mazatlán, nací a la orilla de aquellas playas, donde las olas vienen y van. Las olas altas, fueron mí cuna, y me arrullaron bajo la luna, cerca del mar.”
La distinguida familia Otero López de Cartagena ha sido siempre muy querida para mí. En mi nombre y de mi esposa, les enviamos nuestras sentidas condolencias a toda la familia, doña Alicia, Margarita, José Domingo, Carmen Hercilia y Verónica. Ellos fueron mis ángeles de la guardia en una época dura de mi vida, Dios les pague siempre.
Mis oraciones por mi capitan Otero, Dios lo tenga en el Océano Eterno.
Atentamente,
Ramón E. Ariza P.E. /45-004
Los autores del Himno de la Armada Nacional, el más bello que, en mi modesta opinión, se ha compuesto en Colombia fueron Adolfo Mejía, compositor y poeta y Daniel Lemaitre, poeta y compositor. Pero si ambos componían y escribían, ¿quién aportó la música y quién la letra? …….
El pasado viernes 22 de marzo fue reinaugurado el centro de salud del corregimiento de Puerto Viejo, en Santiago de Tolú, Sucre, gracias al trabajo de recuperación de esta infraestructura realizado por la Armada Nacional con apoyo de la Alcaldía Municipal, para beneficiar con servicios de salud a más de 500 familias.
Desde principios de febrero, la Compañía de Acción Integral de la Armada Nacional se trasladó a este corregimiento para iniciar las obras de recuperación del centro de salud que se encontraban en muy malas condiciones y realizar los trabajos de adecuación en la infraestructura, pintura, cambio de puertas, ventanas, arreglo de patios, mantenimiento a las redes eléctricas, plomería, mantenimiento general a los equipos de oficina y hospitalarios, entre otros.
Más de 600 habitantes del corregimiento de Puerto Viejo y aproximadamente 300 familias de corregimientos vecinos se beneficiarán de la labor desarrollada por los Infantes de Marina, al contar desde ahora con el servicio asistencial integral de salud de primer nivel, que incluye atención prioritaria, consulta externa, servicios de promoción de la salud, prevención de la enfermedad y tratamiento con la prestación de los servicios de medicina general, pediatría, citologías, entre otros.
Las obras de adecuación realizadas por la Armada Nacional, se llevaron a cabo con un presupuesto de 15 millones de pesos, en recursos y materiales de construcción, que fueron dispuestos por la Alcaldía de Santiago de Tolú, la Empresa Social del Estado municipal y la empresa Pacific Rubiales.
Santiago de Tolú es el primer municipio beneficiado de este año, de la iniciativa de la Armada Nacional para adelantar en los municipios del Golfo de Morrosquillo un proyecto que favorezca el proceso de consolidación en esta región, a través de la Compañía de Acción Integral con el apoyo de la comunidad, las administraciones locales y la empresa privada.
La compañía de Acción Integral de la Armada Nacional fue creada en el año 2011, como una herramienta de la Institución Naval para apoyar el proceso de consolidación en la región de los Montes de María. Actualmente, está conformada por 20 hombres con profesiones y habilidades como arquitectos, albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, recreacionistas y locutores, entre otros, que se encuentran adscritos a la Primera Brigada de Infantería de Marina ubicada en Corozal, Sucre.
Esta compañía ha entregado a la comunidad diferentes obras, entre las que se encuentran:
En diciembre del año 2011, la reconstrucción el Estadio de Fútbol de San Bernardo del Viento – Córdoba.
En el año 2012, llevaron a cabo la reconstrucción de un Puesto de Salud de Santiago de Tolú, Sucre; la entrega de una nueva iglesia a la comunidad de Don Gabriel, Sucre y la adecuación y mantenimiento del cementerio y acueducto de Flor del Monte, en Ovejas, Sucre. Así mismo, en el mes de diciembre de este año, construyó dos viviendas en el casco urbano de Ovejas, Sucre, dentro del proyecto “Una Vivienda para mi País”, buscando contribuir significativamente al mejoramiento de la calidad de vida de habitantes de escasos recursos.
La Armada Nacional reitera su compromiso social en esta zona del país y la continuidad en las acciones y obras que contribuyan a su consolidación, desarrollo integral y recuperación social.
El pasado sábado 16 de marzo, arribó la fragata Multimisión “Aquitaine” de la Armada Francesa, una de las unidades más modernas y de última tecnología, al muelle turístico de la Empresa de Desarrollo Urbano de Bolívar – Edurbe, ubicado en el sector de Manga, en Cartagena.
La fragata “Aquitaine” llegó en visita oficial, con el propósito de estrechar lazos de amistad e intercambiar experiencias con la Armada Nacional de Colombia, entre las que se incluyen, la realización de unos ejercicios combinados de entrenamiento e interdicción marítima, en la lucha contra el narcotráfico.
La unidad que se encuentra bajo el mando del Capitán de Navío Benoit Rouviere y cuenta con una tripulación de 104 personas, entre oficiales, suboficiales y marineros, tiene en su casco el número D650, mide 142 metros de eslora (largo), 20 metros de manga (ancho) y está en capacidad de desplazar hasta 6.000 toneladas y alcanzar una velocidad máxima de 27 nudos.
La fragata que fue construida por la empresa francesa DCNS y entregada a la Armada de ese país en diciembre del 2012, cuenta con un helicóptero NH90 tipo Marine “Caimán” entrenado y especializado en la guerra antisubmarina. Esta unidad, es la primera de 11 nuevas unidades que hacen parte de un programa francés de modernización naval para los próximos años.
El buque que estuvo en aguas colombianas hasta el miércoles 20 de marzo, inició su primera navegación a principios del mes febrero y ha realizado dos escalas, una en Casablanca, Marruecos y la otra en Río de Janeiro, Brasil. Posterior a su paso por Colombia, continuará hacia Cuba, Estados Unidos, las Islas francesas Saint Pierre y Miquelón y finalmente Islandia antes de regresar a su puerto de origen en Brest, Francia, en el mes de mayo.
La Armada Nacional de Colombia seguirá afianzando los lazos de hermandad y el intercambio de conocimientos con las marinas de otras naciones, con el objetivo de mantener firmes y constantes tareas como la lucha contra el narcotráfico y la defensa de nuestros territorios.
CN Juan Carlos Roa (Capitán de Puerto de Cartagena), Marie Laure Guillot de Calderón, Gloria de Roa, CN Francés Benoi Rouviere (Comandante de la fragata AQUITAINE), CN Raúl Muñoz, Regís de Muñoz y CN Carlos Quijano
Brindando con champaña francesa sobre la cubierta de la unidad gala aparecen los distinguidos visitantes CN John Giraldo (Jefe de Estado Mayor de la FNC), Zoraida de Giraldo, Cristina Calderón de Moog, Ángela de Gómez, CF Edwin Gómez, CR José Calderón, CN Juan Carlos Roa y CF Ludwig Moog
Luego de consumir varias copitas de champaña el CR IM Chepe Calderón tuvo la intención, capricho y antojo de pilotear el helicóptero de la fragata “Aquitaine”. Como su jefe vitalicia, madame Marie Laure, se lo impidió, entonces optó por tomarse un retrato al lado del autogiro. Sus amigos que han observado la imagen manifiestan que Chepe no quedó “buen mozo” … sino buen marido!
Más de nueve mil usuarios, miembros de las Fuerzas Militares y beneficiarios, serán favorecidos con esta obra.
El pasado 25 de febrero, fueron inauguradas las instalaciones del Establecimiento de Sanidad Naval de la Armada Nacional en Corozal, Sucre, en una ceremonia presidida por el Ministro de Defensa Nacional, Doctor Juan Carlos Pinzón Bueno y los altos mandos militares. Más de ocho mil millones de pesos fueron invertidos en el proyecto desarrollado durante los últimos tres años y que responde a las necesidades de infraestructura y equipos, reglamentadas por el Ministerio de Protección Social para establecimientos de salud de primer nivel.
El nuevo Establecimiento de Sanidad Naval con sede en Corozal, Sucre, cuenta con una infraestructura de 3.294 metros construidos, con amplias zonas de consultorios, fisioterapia, odontología, rayos X, esterilización, salas de espera, farmacia, sala de procedimientos y reanimación, sala de observación, laboratorio clínico, entre otras áreas, todas con acceso a personal discapacitado. Con este nuevo edificio se mejora la calidad del servicio asistencial integral de salud de baja complejidad, brindando atención prioritaria, consulta externa, servicios de promoción de la salud, prevención de la enfermedad, tratamiento y rehabilitación. Así mismo, proporciona a sus usuarios comodidad, seguridad, accesibilidad, ampliación y mejoramiento de los servicios, equipos de avanzada tecnología y recursos técnicos superiores.
Cerca de nueve mil usuarios, miembros de las Fuerzas Militares en actividad, pensionados y sus beneficiarios, serán favorecidos con estas nuevas instalaciones. La Armada Nacional a través de la Dirección de Sanidad Naval, trabaja en la mejora de los centros de atención médica, que junto a personal idóneo en el campo de la salud, mantienen y preservan la vida de sus usuarios, respondiendo a sus exigencias con la más la más alta calidad.
22/02/2013 07:00
En el astillero de Kiel ThyssenKrupp Marine Systems las literas de submarinos están llenas. Seis submarinos se encuentran en los muelles o en tierra del antiguo astillero HDW - también incluyendo los "U 23" y "U 24".
Foto: tomada en el astillero de Kiel: "Intrépido" en dique seco.(C)Kieler Nachrichten(r) 2013
Kiel. Los submarinos de la Marina Alemana que fueron sacados de servicio en el año 2011 serán convertidos y modernizados para que puedan ser usados en Suramérica.
Un año después de que fueran traspasados los submarinos a la Marina Colombiana se sacó a dique seco el primero de ellos el U 23.
El acuerdo entre Colombia y Alemania está sujeto al más estricto secreto.
Ni el astillero ni la Marina Alemana hablan al respecto.
De acuerdo a información de la KN los submarinos serán tropicalizados.
La técnica del barco se hace así apta para el trópico, de esta manera los submarinos de 500 t de desplazamiento y 48 m de largo podrán ser utilizados en las costas de Suramérica. Los submarinos bautizados con los nombres de "intrépido" e "indomable" irán a Colombia a finales de este año. Colombia no solamente quiere asegurar sus fronteras con adquisición de estos submarinos sino también ser mas efectiva en sus tarea de lucha contra las drogas que cada vez usa más submarinos. Estos submarinos construidos en la selva por capos de la droga son cada vez más grandes. En el último año la Armada Nacional de Colombia capturó un submarino que tenía una manga de 31 m de largo y una capacidad para un máximo de 8 t de drogas.
Contra los submarinos de drogas utiliza ya Colombia dos submarinos del tipo 209a que fueron construidos en HDW en los años 74/75.
Ahora estos submarinos reciben refuerzos de los submarinos de 500 t del tipo 206a que fueron construidos en los años 70 para las Marinas Alemana e Israelita y que tienen la reputación de ser muy ágiles.
Cunado doña Concha se tomó unos dias de vacaciones, le tocó a la vecina del frente una cachaca de esas de verdad verdad pasar el dia en el kiosko. El flaco Agudelo de puro curioso se pillo esta conversación:
"Claro que sumercé no tiene arepas de huevo ni que decir de deditos de queso; pero sumercé Graciela Maria del Socorro y de todos los Santos tengo en mi repertorio una gran cantida de buñelos con agua de panela o consomé. Mire Gracielita linda, el problema es que usted normalmente no entiende corroncho, pues sumercé está acostumbrada a servirle a mi rey moro que le gusta chocolatiar a los guaches que siempre andan pidiendo changüita.
Mi china deje de hablar de los bacanes cadetes que siempre andan en la botica pidiendole al enfermero pinto que deje de bagabundiar a a esa bagre que lo tiene atortolado, no sea que se vuelva un gamín y del guarapazo tan grande del lagarto le de jartera a la gomela y lambón empelotado de la quince le haga una guma salvaje!
Mija, el filo que tienen esos cadetes en las pausas es peor que la del embolador de la caracas porque siempre están en la olla, y como siempre viven enguayabados no alcanza ni pa un perico.
Mijita, los piscos pilos del batallón si no andan vaciados y le jalan al tinto, asi que como le gustan los sardinos que no son sapos, se gana su buena platica con su salpicón y el sorbete con roscónes y tiene a todos esos rolos tragados."
Gracias a Dios Doña Concha llegó rapido de su descanzo ..
Buenos días ña´ Concha, ¿Qué le pasa que está tan agitá?
Buenos días mi negro, vengo del ultimo poste……
¿Y eso?
Pues me cogió la noche con esta vaina y el enfermero Pinto me puso a voltiá…
¿Y porque se dejó coge de la noche? Si usté es muy cumplida pá todo….
Si mijo, pero es que en estos días se me juntaron todas y ya a esta edá no doy pie con bola.
Eso es verdá ña´ Concha, dígamelo a mí que ya ni veo….. ¿Pero ha tenido tiempo pá leé la prensa en estos días?
¡Cómo no! Esa es otra cosa que no me deja dormí, la tal reforma del Fuero Militar, después que nos tocó aguantarnos el galletazo del convenio que firmó el entonces ministro de Defensa del niño Álvaro, el dotorcito ese Camilo Ospina…
Si ña´ Concha, esa fue una cipote embarrá…
Vea usté, solo a ellos se les ocurre renunciar a la aplicación del fuero militar y cederle la jurisdicción a la Fiscalía General sobre las investigaciones a los militares en circunstancias de combate, mis muchachos se sintieron amenazados. Por algo yo decía: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Yo diría traicionados ña´ Concha, porque si sabían lo que hacían.
Así es mijo, por eso mis muchachos refiriéndose a la embarrá del niño Álvaro decían: "Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado".
Ahora entiendo ña´ Concha, por eso el niño Álvaro le dijo al dotor Ospina: "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”. ¡Y lo mandó pá la OEA!
Así fue, pero hablemos de otras cosas….. ¿Si viste la otra embarrá con el Himno Nacional?
¡Claro ña´ Concha¡ Vamos de mal en peor….. al paso que vamos tocará traé artistas extranjeros pá que nos canten el Himno.. Lástima que se haya muerto Huguito, el cantaba tan bonito…….
Esa sería la última….. ya el profesor Briceño no sabe cuál versión ensayá con el coro, si la de Nuñez, la de Shakira, la de Fonseca o la de las Farc…
¿La de las farc ña´ Concha?
Si mi negro, al paso que vamos nos cambian hasta el Himno…..
Y a propósito de eso ña´ Concha, ¿si sabe el último chisme que circula en Venezuela?
No mi negro, ¿Cuál es?
Pues que antes de morir el comandante Chávez mandó a llamar a Maduro y a la niña Piedá a su lecho de muerte, no se sabe si fue en Cuba o en Venezuela, pero dizque cogiéndoles las manos a los dó les dijo: "Madre, he ahí tu hijo ... hijo, he ahí tu madre". Y eso tiene a todo el mundo cabezón, porque nadie ha podido entendé que quiso decí Chávez con eso…. Pero Maduro dice que ¡ni puel carajo! Y la niña Piedá insiste en que hay que cumplí con la voluntá del comandante….. La que está bien celosa es la niña Mariángela…..
Y como no, ella que odia tanto la prostitución…..
Despué dizque llamó al niño Juan Manué y delante de Maduro le dijo: "Todo está hecho". Ellos aunque tampoco entendieron nada, andan diciendo que Chávez se refería al apoyo veneco a los diálogos de paz y no pierden oportunidá para salir con el cuento ese…..
¿Y que más le queda al niño Juan Manué si la reeleción esta embolatá?
Al final, dizque Hugo llamó a Fidel y le dijo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y parece que todos entendieron cosas distintas, Maduro creyó que Chávez era el mismísimo Jesús y esperó como un mes pá ver si resucitaba, por eso llegó embalsamao a Caracas, Fidel anda cabezón tratando de recordar cuando fue ese “desliz” con la mamá de Hugo, en fin, eso fue la locura……
Oíste mi negro, ¿y antes de morí no dijo Tengo sed?
No Ña´ Concha, eso lo dijeron las pobres gentes de Yopal que llevan como dos años sin agua.
Ay negro, dejemos eso así, coge esta arepa y te comes por el camino……..
....
Y a doña Concha se le pasó lo de Pachico Santo Papa ... sería por la vuelta al último poste con el Brigadier de Guardia que hizo la noche anterior?
El pasado lunes 28 de enero, en solemne acto en el Paraninfo de la Universidad Politécnica de Madrid, se realizó la ceremonia de investidura de doctor al Sr. Contralmirante Jorge Carreño, en la cual le fue impuesto el birrete y entregado el sello que lo acredita como Doctor en Ingeniería Naval, por parte del Rector de la Universidad, Dr. Carlos Conde (de negro). Actuó como padrino el Director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales, el Sr. Dr. Jesús Panadero Pastrana (centro).
Esta titulación es la más alta que otorga una Universidad Española y equivale al PhD en el sistema educativo anglosajón. Vale la pena anotar que llena de orgullo a la Armada Nacional, a los superiores, compañeros y subalternos del Director de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla.
Con la asistencia de la mayoría de los socios aficionados y jugadores de billar. el viernes pasado se llevó a cabo la ceremonia de premiación del Torneo de la Paz que finalizó en el mes de diciembre del año 2012 y del Torneo de Billar a tres bandas realizado en el mes de febrero del presente año, presidida por el señor Vicealmirante Guillermo Uribe Peláez, Presidente de Acore Seccional Bolívar. El señor Almirante Uribe inicio la ceremonia con un reconocimiento por el entusiasmo y participación de todos los jugadores y resalto el trabajo y la disposición mostrada por Chepe Calderón como Presidente, Carlos del Castillo y Rafico Díaz como Vicepresidentes y Rafico Vivas como Secretario del Comité Organizador.
El Campeón Jesús Castañeda y Subcampeón William Porras, del Torneo de la Paz, recibieron además de los premios una fuerte ovación por parte de los asistentes por la calidad del juego demostrado y su esfuerzo para mantenerse en los primeros lugares de la clasificación.
El torneo experimental a Tres bandas resulto un éxito completo, lo cual motivó a que todos los jugadores solicitaran que el torneo del primer semestre “Todos contra Todos” se juegue en esta modalidad a cambio del torneo tradicional de “carambola libre”. Jaime Ardila fue el Campeón pero no pudo asistir a la ceremonia por haber sido sometido a una cirugía en los ojos. El “Torneo a tres bandas” no tenía inicialmente premio, pero gracias a la gestión personal de Alonso Franco ante el presidente de Acore, dio la sorpresa de haber obtenido no solo el premio para el Campeón, sino que consiguió dos premios adicionales, que fueron conferidos a Memo Domínguez por su entusiasmo y espíritu deportivo y a Rafico Vivas por haber demostrado la mayor dedicación y progreso en esta disciplina.
Se tuvo la oportunidad de contar con la presencia de Eduardo Puentes quien progresa de manera satisfactoria con el manejo de la prótesis y quien acompañara el torneo programado a partir del 1 de abril.
Se resalta la permanente y desinteresada colaboración de Chepe Calderón, pues gracias a su gestión se tiene en el presente año un par de mesas de billar las cuales adoptó como sus consentidas y las cuida más que a sus nietos. Con su amabilidad y gusto sorprendió con un buffet internacional de picadas, en el cual se degustó una deliciosa charcutería francesa gourmet, deliciosos platillos de la cocina árabe y antojos de la gastronomía colombiana. Como siempre no faltaron las bebidas espirituosas. FELICITACIONES!
El apreciado TF (RA) Guillermo Monroy (El mono) / 26-052 celebrando el cumpleaños de su adorable señora Bertha Gaona de Monroy, en su residencia de Boca Ratón.
CYBER-FELICITACIONES
El pasado 26 de febrero Carla Andrea Quijano Peralta obtuvo el título de “Administración de Empresas” en la Universidad de la Sabana (Bogotá).
En la fotografía aparece la graduanda acompañada de su muy linda señora madre Ana Milena Peralta Gaona y de su padre el Sr. Capitán de Navío Carlos Quijano Navia, actual Gerente del Proyecto Infraestructura Escuela Naval de Cadetes “Alfa Sextantis”
CYBER-FELICITACIONES
En pasados días en la Universidad Militar “Nueva Granada” recibió su título de Administrador en Seguridad y Salud Ocupacional Carlos Velandia M. quien además es un excelente técnico en sistemas. En la fotografía aparece con sus padres Vilma Muñoz y Sigifredo Velandia.
CYBER-FELICITACIONES para Carlos.
El pasado 16 de marzo, en Acore Bolívar se celebró el tradicional “Almuerzo Mensual de Compañeros”.
En la fotografía CA Germán Rodríguez, Edith de Del Castillo, CC Carlos Del Castillo, Catalina de Arango y CA Gabriel Arango
CN Amadeo González, Miriam de González, Beatriz de Umaña, CN Carlos Umaña, CC Carlos Díaz, La Muñe de Díaz, CN Jaime Sánchez y CN Gonzalo Parra.
El pasado 7 de marzo, Jorge Serpa Erazo/ 38-082 organizó un almuerzo tertulia para conversar, argumentar y debatir, algunos temas de historia, política, literatura y actualidad en su casa con José Galat (ex candidato a la Presidencia y rector universitario), Jorge Valencia Jaramillo (ex ministro y poeta), Benjamín Ardila Duarte (ex constituyente, magistrado e historiador), Jaime Aponte Vanegas (ex secretario de la Presidencia e historiador), Gabriel Turbay Bernal (Docente universitario y padre de la hermosa Paola Turbay) y con mucho apetito y sed.
Nancy entra a la Iglesia de Santo Domingo del brazo de su padre Capitán de Navío Hernando Ovalle/ 38-014
Nancy y Reinhard saliendo de la iglesia de Santo Domingo, el sábado 16 de marzo, a las 18:54 horas
En el Club Naval Santa Cruz de Castillogrande, donde se efectuó la rumba matrimonial, aparecen Regina de Cardona, los recién casados y Jorge Gutiérrez
Reinhard, el novio, fue el más alegre, entusiasta y desordenado durante la “hora loca”.
CYBER-FELICITACIONES
El recientemente fallecido CF Hernando Téllez Rivera (Tobita) / 10-015 (QEPD), aparece en esta fotografía departiendo, en la conocida y amena “Cámara de Oficiales Navales de Unicentro” con el Sr. Cap de Atura Carlos Gómez, CN Gustavo Soler Mantilla (EL Caballo) / 22-021 y TN Luis Escamilla Durán (El escamoso) / 20-034.
Es posible que esta fue la última fotografía del Sr. CF Hernando Téllez Rivera (Tobita) / 10-015 (QEPD),
Fotografías tomadas por Cyber-paparazzi
Mi estimado Enfermero Pinto:
Gracias por las Cyber correderas que por intermedio mío, llegan a los Profesionales oficiales de la Reserva Naval que alguna vez tuvimos la oportunidad de estar en nuestra" alma mater" cuando rozagabamos juventud. Como olvidar "el pudin", "vuelta al último poste", "recoger las hojas del oasis", “vuelta a los talleres", “ inversión del mando”, "el bautizo", presentarse cada media hora enjabonado en guardia de la Escuela después de las 24 hs, en fin, adoptando valores y principios como filosofía de vida el "Honor y tradición". Hoy en día nos resistimos a dejar a nuestra Armada Nacional, ahora desde la Reserva Naval del Pacifico, brindando lo que un patriota con honor sabe hacer: "servir a su país".
El señor Ministro de la Defensa Nacional y el señor General Alejandro Navas Ramos, durante la activación del Cocom 7 en la Escuela de Aviación Marco Fidel Suarez, en la ciudad de Cali.
Los acompañan el señor comandante de la Reserva Naval del Pacifico CFRVA Henry Ante, el señor Jefe de Estado Mayor de La UROP, CCRVA Luis Javier Patiño, el señor TFRVA Zapata Guillermo y el Sr TFRVA Valencia Jaime Coordinador Del GGO y Comunicaciones de la Reserva Naval del Pacifico.
TF RVA VALENCIA B JAIME F.
Estimado enfermero, un cordial saludo desde Seúl, Corea del Sur. Le agradezco me envíe la Cyber corredera ya que no me llego.
Me anticipo a informarle que nuestro buque Escuela Gloria estará en el Puerto de Busan este año, espero poder contribuir con material gráfico de su llegada a puerto
Cordialmente
Santiago Arrubla Sighinolfi / 64-006
El CF (r) Martín Galofre Elías/ 98-024, mi sobrino, desea suscribirse a la Cyber Corredera, desde su residencia en el Canadá. Su Email: martinegalofre@hotmail.com.
Igualmente les confirmo el email de TF (r) William Elías Bustillo/ 102-028, quien está afiliado pero no recibe las correderas. weliasb@gmail.com
Un abrazo
William Elías Pineda (El turco) 39-014
Hola Enfermero Pinto:
Favor enviarme Cyber Corredera No. 147, mil gracias,
Alberto Arzayus
Acuso recibo de Ciber-corredera 147.
Mil gracias y felicitaciones por el trabajo que ello significa.
Cordial saludo,
TFRN Enrique Amador P.
Cordial saludo Enfermero Pinto, le agradezco enviarme la Cyber corredera 147, la cual no me llegó.
A sus órdenes en la Escuela Naval, donde me desempeño como Director desde el pasado mes de diciembre y muchas felicitaciones por su labor.
Calm Jorge Carreño / 83-019
Director Escuela Naval Almirante Padilla
Enfermero, buenos días, me presento, CNESP ORLANDO ENRIQUE GRISALES FRANCESCHI, el motivo del presente correo es solicitarle su apoyo, en el sentido de, si tiene dentro de su amplia biblioteca digital fotos o anécdotas del contingente 31, al cual perteneció mi señor padre CF(r) Orlando Grisales Jiménez
Orlando Enrique Grisales Franceschi / 92-033
Cel. 313 282 4159
Enfermero Pinto:
El destino virtual me ha privado de la 147, favor incluirme en la lista de nuevos envíos, pues me quedé joche; estaba en entretención placentera contemplando unas hembras de temprana edad, y usted sabe... ¡uno es humano! Antes: dumano alterna.
David Escobar Gómez/ 42-044
Enfermero Pinto Buenas Noches:
Hace algún tiempo recibía la Cyber corredera pero no volví a recibirla.
Soy oficial de la RN de Bogotá.
Le pido por favor me incluya en su lista.
Muchas gracias.
Marcela Díaz Yepes
Enfermero Pinto:
Mi nombre es Julio Bradford NQ 63 y supe que se reunieron luego de 40 años.
A ustedes todos un gran abrazo desde acá, en Guayaquil.
Julio Bradford / 63-045
Saludos Enfermero:
Que buena idea coordinar nuestra celebración de los 50 años de haber ingresado el Contingente 37 a la inolvidable ENC.
Cuenten conmigo, creo que puedo avisarle a Álvaro Matallana. No se sí se tiene planeado el lugar y la fecha. Ojalá sea en Cartagena.
Reciban un abrazo y felicitaciones por esta iniciativa. Quedo pendiente de sus noticias
Ricardo Muñoz Rosas/ 37-035
Estimado Enfermero Pinto:
Le agradecería me enviara la Cyber-Corredera.
Cordial saludo,
CF Juan Acosta / 64-001
Enfermero Pinto:
Será que usted dentro de sus ocupaciones que imagino son múltiples, no se le ha enredado por esas casualidades de la vida, de pronto la Cyber-Corredera 146, eso sí con su respectivo MASCARON DE PROA.
Por la atención, Gracias
Carlos Rentería/ 70-056
Muy buenos días Enfermero:
De manera atenta y respetuosa solicito poder ser incluido en la suscripción electrónica de la Cyber corredera, ya que contiene temas de interés para la Familia Naval.
Cordialmente
TF RN Francisco Díaz
